¿Qué
es la Leptospirosis?
La
Leptospirosis es una enfermedad causada por una infección con la
bacteria Leptospira. Estas bacterias pueden encontrarse en la tierra
y en el agua, en cualquier parte del mundo. Existen muchas variedades
de la bacteria Leptospira que pueden causar enfermedades.
¿En
dónde se encuentra?
La
Leptospirosis es mayormente común en zonas con climas cálidos y
altos índices de precipitaciones anuales, pero puede presentarse en
cualquier lugar. La exposición al agua con movimiento lento o
estancada es un gran factor de riesgo para contraer la Leptospirosis,
aunque también puede contraerse del pasto seco y sombreado o en las
orillas de ríos o lagos. En España en las regiones del suroeste
parecen tener menor riesgo de Leptospirosis. El mayor número de
casos de Leptospirosis se presenta a finales de verano y durante el
otoño en España, pero puede variar según la estación en
diferentes partes del país.
¿Qué
animales están en riesgo?
Los
perros son los más afectados. La Leptospirosis en gatos es muy rara
y parece ser leve, aunque se sabe muy poco sobre la enfermedad en
esta especie. En algunas partes de España, donde la bacteria se
propaga con facilidad en el ambiente, casi todos los perros están en
riesgo de desarrollar Leptospirosis, sin importar si viven en el
campo, los suburbios o la ciudad. Cualquier perro puede resultar
afectado, sin importar la edad, la raza o el sexo. Los factores
comunes de riesgo de la Leptospirosis en los perros que viven en
España incluyen:
• Exposición
a ríos, lagos o arroyos, o beber de ellos;
• Deambular
en propiedades rurales (debido a la exposición a animales salvajes,
animales de granja o fuentes de agua posiblemente infectados);
• Exposición
a animales salvajes o de granja, aún si se encuentran en los patios;
• Contacto
con roedores u otros perros (como en áreas urbanas, parques para
perros o instalaciones de trabajo donde haya varios perros).
¿Cómo
se propaga?
Los
perros pueden infectarse y desarrollar leptospirosis si sus membranas
mucosas (o piel con una herida, como un corte o una raspadura) entran
en contacto con orina infectada u objetos que estén contaminados con
ésta como tierra, agua, alimentos o camas; a través de la mordedura
de un animal infectado; al ingerir tejidos o animales muertos
infectados; y raras veces a través de la reproducción. También
puede transmitirse a los cachorros a través de la placenta.
¿Cuáles
son los signos de la Leptospirosis?
Los
signos de la Leptospirosis en los perros dependen de la variedad de
la bacteria, la ubicación geográfica y la manera en que el sistema
inmunológico del perro reacciona a la infección. Hay perros
infectados que no muestran signos de enfermedad, algunos sufren de
una enfermedad leve y transitoria y se recuperan espontáneamente,
mientras que otros desarrollan una enfermedad muy grave y mueren. Los
signos de la Leptospirosis pueden ser nada específicos. Pueden
incluir fiebre, escalofríos, entumecimiento muscular, renuencia al
movimiento, sed incrementada, cambios en la frecuencia o en la
cantidad de orina, deshidratación, vómitos, diarrea, pérdida del
apetito, letargo, ictericia (piel y membranas mucosas amarillentas) o
inflamación dolorosa dentro de los ojos.
La
enfermedad puede causar insuficiencia renal con o sin insuficiencia
hepática. De vez en cuando, los perros pueden desarrollar graves
enfermedades pulmonares y mostrar altos índices respiratorios
(índice de respiraciones) y tener dificultad para respirar. La
Leptospirosis puede causar trastornos hemorrágicos, lo que puede
causar vómitos, orina, heces o saliva con sangre; sangrados nasales;
y encontrar puntos rojos (que pueden verse en las encías u otras
membranas mucosas o en piel de color claro). Los perros afectados
también pueden sufrir de inflamación en las piernas (a causa de la
acumulación de líquidos) o líquido acumulado en exceso en su pecho
o abdomen.
¿Cómo
se diagnostica y se trata?
Se
puede tener la sospecha de Leptospirosis en base al historial de
exposición y
los
signos que el perro presente, pero muchos de estos signos también
pueden verse con otras enfermedades. Además de un examen físico, su
veterinario puede recomendar otras pruebas, como pruebas de sangre,
pruebas de orina, radiografías (rayos x) y una prueba de
ultrasonidos. Las pruebas que pueden usarse para ayudar a
diagnosticar la Leptospirosis incluyen pruebas de la producción de
anticuerpos (realizadas en la sangre) y pruebas de ADN del organismo
(realizadas en la sangre y en la orina).Generalmente las pruebas
recomendadas están basadas en la gravedad de la enfermedad y los
signos detectados. Generalmente la leptospirosis se trata con
antibióticos y cuidados de soporte. Dependiendo de la gravedad de la
enfermedad, los perros afectados pueden requerir terapia de líquidos
y/o soporte nutricional.
En
casos extremos, podrían ser necesarias terapia de oxígeno,
ventilación mecánica (apoyo para respiración), diálisis renal u
otras medidas de cuidados intensivos. Cuando se trata de manera
temprana y agresiva, las oportunidades de recuperación son buenas
pero aún existe el riesgo de daños permanentes residuales en los
riñones o el hígado. Conseguir una referencia temprana para
diálisis renal, lo cual les da tiempo a los riñones para que se
recuperen, puede salvarle la vida a un perro si la situación
económica lo permite. Los perros con enfermedades respiratorias
graves tienen menor posibilidad de recuperación, a pesar del
tratamiento. De haber otros perros en el hogar, es posible que
necesiten ser tratados por Leptospirosis, aún si no parecen estar
enfermos.
¿Las
personas están en riesgo?
Sí.
La Leptospirosis es una enfermedad zoonótica, es decir, que se puede
transmitir de los animales a las personas. La infección puede causar
síntomas similares a los del resfrío, además de insuficiencia
hepática o renal. En España, la mayoría de los casos de
Leptospirosis humana resultan de actividades recreativas con agua. La
infección a causar del contacto con una mascota infectada es mucho
menos común, pero es posible.
¿Cómo
se previene?
Actualmente
existen vacunas que previenen de manera efectiva la Leptospirosis y
protegen a los perros por al menos 12 meses. Contrario a lo que se
cree, es poco probable que estas vacunas causan reacciones adversas
diferentes a las que causan otras vacunas comúnmente administradas.
Se recomienda la vacunación anual para perros en riesgo. Al reducir
la exposición de su perro a posibles fuentes de la bacteria
Leptospira, se pueden reducir las posibilidades de infección. Esto
puede incluir lo siguiente:
• Evitar
que su perro beba o nade en ríos, lagos, estanques, zonas fangosas o
aguas de movimiento lento o estancadas.
• Minimizar
el contacto con la vida silvestre, animales de granja y roedores,
incluyendo animales muertos.
Aunque
un perro infectado presente un menor riesgo de infección para usted
y su familia, sigue existiendo algo de riesgo. Si su perro ha sido
diagnosticado con leptospirosis, tome las siguientes precauciones
para protegerse:
• Administre
antibióticos de manera apropiada según lo indique su veterinario;
• Evite
el contacto con la orina de su perro;
• Use
guantes al limpiar la orina;
• Si
su perro orina en su casa, limpie inmediatamente el lugar con un
desinfectante para el hogar;
• Entrene
al perro para que orine lejos de aguas estancadas o de zonas donde
personas u otros animales puedan tener acceso;
• Lávese
las manos después de manipular a su mascota.
Aunque
este artículo brinda información básica sobre la Leptospirosis, su
veterinario es siempre la mejor fuente de información sobre salud.
Consulte a su veterinario para mayor información sobre la
Leptospirosis y su prevención.
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