Con
La Familia
La
llegada del nuevo perro crea un clima de expectación y alegría en
la casa, pero el nuevo cachorro o perro adulto se sentirá un poco
inseguro cuando llegue y ese exceso de entusiasmo puede resultarle
abrumador. Intente que las presentaciones no sean exageradamente
efusivas, sino más bien tranquilas y sosegadas. Saque al perro
inmediatamente al jardín, la terraza, o a la calle para que pueda
hacer sus necesidades y después vaya mostrándole las distintas
habitaciones una por una, vigilándole con atención, pero a
distancia, mientras explora. Deje bien claro si hay niños, que no se
les permite coger al perro en brazos, ni atosigarle, ni hacer que se
sienta acorralado.
El
Perro Y Los Niños
Asumir
la responsabilidad de cuidar a un perro, es sumamente beneficioso
para un niño, pero si éste tiene menos de siete u ocho años tal
vez sea aún demasiado joven para cumplir con sus compromisos. Una
vez que el cachorro deja de ser novedad, los niños suelen
desentenderse de todo y les toca al papá o a la mamá cargar con el
nuevo miembro de la familia.
Que los
niños participen en las comidas. Pueden servir el alimento o echar
de vez en cuando en el comedero algún bocadito delicioso, evitando
que en el futuro el perro defienda su comida de forma agresiva y
posesiva.
A veces
los niños resultan excelentes adiestradores caninos. Trate de que un
adiestrador profesional, le imparta unas clases a su hijo sobre la
educación del cachorro, comportamiento y cuidados.
Ayude a
sus hijos a relacionarse con el perro de modo que quede claro que
ellos poseen autoridad en cuanto que son seres humanos. Si enseña a
los niños a esconder objetos para que el perro los busque, o a
enseñar nuevas tratas en el juego al perro, o a cepillarlo, todos se
beneficiarán.
Presentarle
a otro Perro
Si tiene
usted otro perro en casa, lo mejor es que ambos se conozcan en
terreno neutral. Lo ideal sería que el perro adulto le acompañase a
casa del criador o refugio, cuando fuese a recoger el cachorro.
Después de hacer juntos el viaje a casa, ambos perro deberían
permanecer juntos en el jardín, terraza, o al aire libre, en un
lugar seguro y controlado, durante media hora, antes de entrar en
casa con el cachorro, invitando al perro adulto a acompañarlos.
No deje
a mano ningún objeto que su perro sienta que necesita proteger del
intruso, como sus juguetes o hueso. Si teme que el perro viejo se
muestre agresivo con el nuevo, no suelte a ninguno de la correa o
deje al cachorro en el transportín o parque de cachorros, mientras
ambos se comunican, cosa que debería repetirse varias veces hasta
que el perro adulto se haya acostumbrado a su presencia.
Durante
los próximos meses deberá dejar claro al nuevo perro que el mayor y
más antiguo de la casa, es el que manda, saludándolo siempre en
primer lugar, dándole el plato de comida primero, y dándole en
general, la prioridad a la hora de recibir mimos y atenciones. Aunque
no le será fácil poder ignorar a ese precioso cachorro, pero no
quedará más remedio, ya que de lo contrario podrían surgir entre
ambos problemas de rivalidad.
El
Perro Y El Gato
Si se
les presenta como es debido, un perro y un gato pueden convertirse en
amigos entrañables. Los problemas suelen surgir cuando se permite
que el perro pueda ir a correr detrás del gato, ya que éste
desconfiará a partir de ese mismo momento, y será muy difícil que
el primero se olvide de lo divertido que es perseguir a un gato. Si
tiene una caseta de interior, transportín o jaula, coloque dentro al
perrito y cierre. Deje entonces entrar al gato en la habitación,
pero asegúrese de que tiene una repisa o mesa hacia donde pueda
saltar el gato si se asusta.
Para
sentirse seguro, un gato tiene que saber que existe una vía de
escape o un lugar elevado y seguro donde refugiarse. Normalmente, el
gato mirará con recelo al perro, pero no tardará en bajar al suelo
y acercarse. La próxima vez que se comuniquen, mantenga a su perro
sujeto con la correa y dale una golosina para distraerlo.
Estas
comunicaciones y acercamientos controlados, deben repetirse hasta que
ambos animales se acepten mutuamente. Asegúrese de que la comida y
el agua del gato están fuera del alcance del perro, y de que éste
no puede abordar por sorpresa al gato en sus momentos más
vulnerables, por ejemplo; mientras esta utilizando su cajón de
arena.
Aunque a
veces puede haber problemas cuando el perro tiene fuertes instintos
de persecución, por ejemplo los Galgos, la verdad es que los gatos
son excelentes tutores para el perro. De hecho, casi siempre que un
perro y un gato conviven en el mismo hogar, es el gato el que manda.
El
Perro Y Las Otras Mascotas
Los
perros pueden aprender a ver como un miembro más de la familia a
cualquier mascota si la conocen cuando aún son cachorros. Para que
un perro considere miembro de su familia a una cobaya o a un conejo,
es preciso que lo haya conocido antes de cumplir las doce semanas de
edad.
Por: Erik Farina (Etólogo Canino)
www.psicolmascot.com
Contacto: psicolmascot@gmail.com
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