Los
perros de terapia pueden realmente marcar una diferencia en la salud
de los pacientes que visitan al reducir la ansiedad y que tengan la
presión arterial más estable.
Normalmente,
los perros no están permitidos en los hospitales, pero los perros de
terapia están allí con un propósito. La idea es que el simple acto
de acariciar a un perro amistoso puede reducir el estrés y hacer que
los pacientes vivan un poco mejor. Abundan los cuentos conmovedores,
pero hasta hace poco, unos investigadores habían buscado
intensivamente datos científicos sobre si los perros de terapia
realmente marcaban una diferencia.
Investigadores
de la Asociación Protectora de Animales de América, dirigida por el
Director Nacional de la Integridad de Investigación y Terapia, Amy
McCullough, están en medio de un estudio en curso sobre cómo las
visitas de los perros de terapia afectan a los niños en el
tratamiento del cáncer. Dicen que sus primeros resultados muestran
que los perros de terapia en realidad no solo reducen el estrés, si
no que también tienen un efecto estabilizador sobre la presión
arterial de los pacientes y la frecuencia cardíaca.
McCullough
y su equipo estudiaron los breves efectos, de las visitas semanales
de los perros de terapia en los niños que habían sido
diagnosticados recientemente con cáncer. 51 niños y sus padres en 5
hospitales de todo los EE.UU., participaron en el estudio, junto con
31 perros de terapia y sus guías. Los niños que recibieron las
visitas semanales de los perros, tenían una presión arterial más
estable y la frecuencia cardíaca, que los que no llegaron a pasar
tiempo con un perro, de acuerdo con los primeros resultados
presentados hoy en la Conferencia Nacional y Exposición de la
Academia Americana de Pediatría celebrada los días 24, 25, 26, y 27
de Octubre 2015.
Las
encuestas basadas en la ansiedad y la calidad de vida, las sesiones
de terapia con perros también ayudaron con la ansiedad. Los padres
de los niños del grupo de control, que no recibieron visitas de
perros, dijeron que sus niveles de ansiedad fluctuaron violentamente
durante el tratamiento, pero los padres de los niños que tenían
sesiones de perros de terapia reportaron niveles más estables de la
ansiedad, e incluso una ligera disminución de la ansiedad al final
de los cuatro meses.
McCullough
y sus colegas también están interesados en la perspectiva de los
perros. Están grabando las sesiones de terapia para que los guías
caninos puedan revisar los videos y evaluar los niveles
temperamentales y de estrés, de sus perros, y también se les están
midiendo los niveles de una hormona del estrés llamada cortisol en
la saliva de los perros, antes y después de cada sesión. El
objetivo es saber si, o cuando, se estresan los perros, y utilizar
esta información para ayudar a mejorar la capacitación de los
perros y sus guías caninos.
Por:
Kiona Smith-Strickland.
Amy McCullough, PhD - American Academy of Pediatrics National Conference and Exhibition
Amy McCullough, PhD - American Academy of Pediatrics National Conference and Exhibition
Centro Veterinario Leuka
Urgencias veterinaria 676 086 086
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