Los
perros recién nacidos, aunque no pueden ver ni oír todavía, tiene
ya muy desarrollado el olfato, gracias al cual encuentran las mamas
de la madre y pueden alimentarse. Necesitan los anticuerpos
contenidos en el calostro, que las glándulas mamarias segregan
durante las primeras 24 o 48 horas que siguen al parto.
No sólo
logran aferrarse con la boca a un pezón, sino que también presionan
al mismo tiempo, con las patas delanteras, las mamas de la perra para
que salga más leche. También están capacitados para chillar, de
forma que la madre pueda acudir en su ayuda si por algún motivo se
perdiesen.
Aparte
de esto, dependen por completo de la madre, incluso para orinar y
defecar, ya que la madre es quien se encarga de estimular estas
funciones naturales a fuerza de lametones. Aunque a nosotros nos
parezca repugnante, las madres ingieren todo lo que excretan sus
crías, dejando la zona impecablemente limpia. Esta costumbre se
originó en los tiempos en que los cachorros eran presas jugosas para
otros predadores, y la madre debía eliminar cualquier rastro
olfativo que pudiera revelar su paradero.
Es muy
importante manipular correctamente a los cachorros correctamente
desde el primer momento. Aunque nunca hay que sacar de su paridera a
un recién nacido si no es absolutamente imprescindible, ya que esto
alarmaría a la perra, sí hay que tocarlos, colocarlos con suavidad
en las mamas y examinarlos uno a uno, porque de este modo ellos
empiezan a acostumbrarse al olor y al tacto de los humanos, y su
madre a tolerar que la gente rodee a sus cachorros sin ponerse
nerviosa.
Cachorros
con Problemas
A veces,
uno de los cachorros chilla desconsolado y no parece integrarse entre
la camada. Puede ser que no mame lo suficiente, y en ese caso hay que
actuar con rapidez, porque es muy fácil que los recién nacidos se
deshidraten. Para saber si se está deshidratado, puede tirar
suavemente de su holgada piel de la nuca y observa si la piel vuelve
de inmediato a su posición normal o desciende lentamente. En el
primer caso, el perro estará bien, pero en el segundo puede estarse
deshidratando. De todos modos, si tiene alguna duda lo mejor es que
lo consulte con un veterinario.
Iniciar
la Socialización
Durante
las cuatro semanas que siguen al parto, los cachorritos crecen y se
desarrollan a increíble velocidad. Abren los ojos, empiezan a oír
cada vez mejor, y al cumplir cuatro semanas son criaturas ágiles e
inquietas que no dejan de jugar entre sí ni de interesarse
absolutamente por todo lo que les rodea. Llegado este punto adquiere
especial protagonismo el desarrollo psicológico.
Ahora
necesitan todo tipo de estímulos. Exponiéndolos a diferentes
sonidos, como el ruido de la lavadora o la aspiradora por ejemplo, y
colocándolos sobre superficies muy diversas, se va aumentando su
mente, se les va introduciendo en el mundo real y van aprendiendo a
enfrentarse a lo desconocido, una habilidad de la que tendrán que
echar mano en el futuro.
Aunque
algunos expertos aconsejan exponerlos ya al mundo exterior, es muy
importante evitar el contacto con cualquier posible foco de
infección. Déjese asesorar por un veterinario.
El
Destete: Una Dura Lección
Pasadas
unas cuatro semanas, más o menos, el celo materno de la perra
normalmente se relaja y la madre empieza a desear de vez en cuando
descansar un rato de sus crías. Entonces se inicia un proceso
biológico de enorme valor educativo; el destete.
El
destete es inevitable. Ninguna perra podría amamantar a sus crías
durante toda la vida a expensas de su propia salud. Además, los
cachorros se vuelven cada vez más exigentes y cada vez que la madre
vuelve al nido la acosan entre todos, decididos a alimentarse
eternamente a su costa.
Las
perras normalmente comienzan el destete permitiéndoles mamar sólo
un rato mientras la madre permanece en pie, y echando a andar cuando
se cansan. Los cachorros se enfrentan por primera vez en su vida a
una negativa, a un rechazo. Es una dura lección, pero también una
lección muy importante.
Esta
negativa va siendo cada vez más frecuente y las crías acumulan
frustración y tratan desesperadamente de alcanzar las mamas. La
perra se ve entonces obligada a ofrecerles una alternativa, que en el
entorno natural consistiría en alimentos semidigeridos que la madre
regurgitaría para sus cachorros y y en el hogar es el cuenco de
papilla especial colocado oportunamente en el nido por el
propietario.
Las
buenas madres rechazan a los cachorros con dulzura, pero también con
firmeza. La primera advertencia es una simple mirada. La segunda, un
gruñido. Y si algún cachorro se atreviese todavía a insistir, lo
apartaría a topetadas con el hocico, o incluso dando dentelladas al
aire. La disciplina materna es esencial, ya que enseña a los
cachorros que no siempre pueden salirse con la suya y los obliga a
buscar una solución adaptándose a las nuevas situaciones, en este
caso a un alimento alternativo.
Es tal
vez la lección más importante de la vida y, como tal, los cachorros
criados con biberón y los separados demasiado pronto de la madre con
frecuencia no consiguen jamás afrontar con éxito los cambios
incesantes que les depara la vida.
Notas
Importantes;
Biberón
O Nodriza
A veces,
por diversos motivos, no es posible que la madre amamante a sus
propios cachorros y hay que alimentarlos con biberón o buscarles una
nodriza. Lo ideal, tanto por motivos de salud psicológicos, sería
encontrar una perra con leche que los criase. Si la encuentra, puede
convencerla de que amamante y cuide a sus cachorros frotando con las
dos manos su cuerpo e inmediatamente después frotando el cuerpo de
los cachorros para crear un vínculo olfativo entre ambos.
Alimentar
a los cachorros con biberón no es sencillo y requiere mucho tiempo.
Hay que utilizar un preparado lácteo especial y administrar la dosis
adecuada cada dos o tres horas, incluidas las de la noche. La nodriza
también debe ocuparse de estimular la micción y la deposición
inmediatamente después de cada toma. Además, deberá también
asesorarse para interpretar correctamente el papel de la madre en al
destete, ya que los cachorros privados de la disciplina materna
pueden convertirse en adultos demasiados excitables, indisciplinados,
difíciles de adiestrar y con escasa habilidad en el trato con otros
perros.
Cómo
Destetarlos
-Aunque
no hay una regla fija, lo más frecuente es iniciar el destete entre
la tercera y la cuarta semana.
-Un buen
pienso completo para los cachorros no es difícil de encontrar, y se
digiere muy fácilmente. Es bastante concentrado y calórico para
satisfacer las necesidades del crecimiento , contiene todos los
nutrientes necesarios y no requiere suplemento alguno.
-Para
servirlo, vierta agua tibia sobre el pienso, déjelo remojar y
revuélvalo hasta que adquiera la consistencia de una papilla que se
puedan ingerir a lametadas. Para animarlos a probar, puede mojar un
dedo en esta papilla y dejarles que se lo laman o succionen, cada vez
más cerca del plato. Retírelo 15 minutos después de servirlo,
aunque queden restos.
-Cuando
se hayan acostumbrado al nuevo alimento, vaya reduciendo gradualmente
la cantidad de agua.
-Poco
después deje siempre a mano un platito con pienso sin mezclar, a
modo de tentempié entre las raciones normales.
-La
ingesta diaria dependerá del tamaño y la raza. Déjele guiar por
las indicaciones del envase, pero no las interprete al pié de la
letra.
-Los
cachorros ya no necesitan leche. De hecho, su ingestión podría
causarles problemas digestivos como la diarrea, ya que poco después
del destete el organismo del perro se vuelve incapaz de asimilar la
lactosa.
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