Por
medio de la cría selectiva se han producido en el perro más
variaciones entre razas que en cualquier otra especie animal. En lo
tocante al tamaño, los perros pueden ser desde tan diminutos como el
chihuahua hasta tan gigantescos como el Irish Wolfhound,
pasando por todas las tallas intermedias entre ambos.
La
complexión puede variar enormemente también, desde el perfil
achaparrado y longilíneo de los Dachshund hasta la altiva esbeltez
del Saluki. La increíble diferencia entre entre tamaños,
complexiones y temperamentos de las diferentes razas caninas se debe,
en parte, a la maleabilidad genética de esta especie, pero también
es el resultado de la intervención humana, responsable de una
intensa cría selectiva destinada a fomentar determinados rasgos
físicos o de carácter que mejoras en el rendimiento de los perros a
la hora de realizar tareas determinadas.
Colarse
por Cualquier Agujero
En
general, la forma del cuerpo revela la función desempeñada por cada
raza. Por ejemplo, los perros criados para penetrar en escondrijos
subterráneos en busca de presas veloces y a veces formidables suelen
ser relativamente pequeños, delgados aunque fuertes y sumamente
ágiles, como la mayoría de los Terriers.
Aunque
también existen Terriers de gran talla, como por ejemplo el
Airedale, el aspecto del Jack Rusell, el Cairn y el Border revela
claramente su antiguo oficio de predadores de caza menor y pequeñas
alimañas.
Raudos
y con Buena Vista
Los
perros de caza de carrera, por su parte, suelen ser altos para
detectar mejor con la vista las presas en terreno abierto, y su
cuerpo está diseñado para darles alcance a enorme velocidad, aunque
recorriendo distancias relativamente cortas. El Greyhound Inglés y
el Galgo Español, son típicos ejemplos de perros de carrera. Su
piel, fina y revestida de pelo corto, deja ver la esbelta y atlética
figura del perro, diseñada expresamente para el sprint, aunque no
para recorrer grandes distancias. Estos, con su pecho ancho y
profundo y sus largas patas, pueden recorrer cortas distancias a
increíble velocidad casi sin esfuerzo, y tal vez sin siquiera jadear
al final de la carrera.
La
complexión de los Lebreles se asemeja mucho a la del animal
terrestre más rápido del mundo, el Guepardo, capaz de alcanzar una
velocidad de 115km/h. A pesar de ello, su velocidad es muy inferior,
ya que no superan los 65km/h. En cualquier caso, superan ampliamente
la de su antepasado el Lobo, que no suele is más allá de los
55km/h.
Corredores
de Fondo
Otras
razas de perros se criaron, en cambio, para recorrer enormes
distancias sin descansar, aunque a velocidades mucho más discretas.
El Husky Siberiano, el Alaska Malamute y el perro común son más
resistentes que los corredores de sprint, y poseen reservas de grasa
que les permiten aguantar durante largos viajes.
Estos
perros se usan aún en la actualidad como perros de tiro para el
transporte del trineo de largo recorrido en algunas regiones más
frías e inhóspitas del planeta. También se utilizan en pruebas
deportivas, en varios terrenos, nieve, tierra e hierba. Normalmente,
trotan en vez de correr, lo cual les permite economizar energía e ir
consumiendo sus reservas lentamente.
No
Veloces Pero Más Fuertes
Los
perros criados expresamente para guarda y protección, poseen cuerpos
macizos, casi cuadrados, que los hacen muy fuertes restándoles
velocidad. La idea es crear un guardián formidable, imponente y
poderoso, aunque a expensas de la agilidad del animal. Sus huesos
suelen ser robustos y rectos, pero su cabeza y su cuello pueden
resultar desproporcionadamente anchos en comparación con el resto
del cuerpo. Los Rottweiler y Mastines son ejemplos típicos.
Diseño
Experimental
Las
mayores diferencias entre las actuales razas de perros se deben al
humano, que, viendo incrementarse su tiempo libre en épocas
históricas recientes, comenzó a elegir a su perro no ya por su
capacidad de trabajo, sino exclusivamente por su aspecto externo. La
cría selectiva destinada a fomentar determinados rasgos físicos, no
obstante, ha repercutido de forma negativa en la salud de los perros,
dando lugar a numerosas enfermedades hereditarias y trastornos
físicos.
En
Todas las Tallas
La
estatura de un perro se establece midiendo la distancia entre el
suelo y la cruz, que es la parte más alta del lomo. A pesar de sus
enormes diferencias de tamaño, la anatomía básica del perro es
siempre la misma, y es únicamente el tamaño de los distintos huesos
lo que realmente varia.
El perro
de más estatura es el Irish Wolfhound, que suele superar los 79 cm a
la cruz, o el Dogo Aleman los 80cm. Por su parte el más diminuto de
los perros es el Chihuahua, que puede no superar los 17 0 18 cm de
altura. Esta espectacular diferencia en las tallas se debe
íntegramente a la intervención del humano, que seleccionó los
ejemplares más extremos para la creación con el fin de producir
ejemplares cada vez más grandes o diminutos respectivamente.
Las
razas gigantes con frecuencia estuvieron destinadas a intimidar más
eficazmente a los intrusos, o bien a cazar bestias grandes y
peligrosas como el jabalí, por ejemplo. En algunas de las razas más
menudas, como el Jack Rassell Terrier, la reducción de la talla,
incrementaba la habilidad del animal para exterminar sabandijas. En
otras razas, como es el caso de todas las variedades Toy, la
reducción del tamaño estaba destinada a facilitar que el perro
pudiera llevarse permanentemente en brazos.
Algunos
de los perros más enanos, de hecho, se diseñaron como calentadores
portátiles, y su exiguo tamaño respondía a la necesidad de
colocarlos entre el cuerpo y la ropa para mantener caliente a su
propietario. Algunas razas , en especial los Pastores Alemanes,
pueden producir ejemplares enanos. El enanismo es una disfunción que
impide al perro alcanzar la talla normal durante el desarrollo y le
obliga a conservar las proporciones de un cachorro aun en la edad
adulta y desgraciadamente suele provocar una muerte prematura.
Etólogo Canino: doctorleuka@gmail.com
Centro Veterinario Leuka
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