A menudo
escuchamos a los propietarios de perros la frase de “solo les falta
hablar”. En efecto, el perro dispone de varios medios de
comunicación, señales olfativas, visuales, acústicas a si como
mímicas corporales. A fuerza de vivir al lado del hombre, el perro
ha terminado por “imitar” algunas expresiones de los humanos y
viceversa.
Cuando
se habla de comunicación entre el perro y el humano aparecen dos
tendencias opuestas: mientras unos piensan que el perro capta todo lo
que se le dice, otros consideran que es incapaz de comprender nada.
Las dos opiniones son excesivas, aunque hay un hecho cierto y es que
el perro no tiene lenguaje y no comprende las palabras.
De ello
no se puede deducir, sin embargo, que la comunicación entre hombre y
el animal es imposible. En realidad, el lenguaje no es la única vía
de información, y hay otros sistemas que lo pueden sustituir.
El
Lenguaje Canino
Cuando
el perro se comunica con sus congéneres utiliza diversos medios de
expresión que los llamamos canales de comunicación.
El
Canal Vocal
Los
perros utilizan diferentes series de sonidos para expresar sus
estados emocionales, y ello muy precozmente, puesto que los cachorros
se manifiestan ruidosamente para pedir ayuda a la madre o conseguir
comida. Este medio de comunicación perderá importancia a lo largo
del tiempo: el adulto es menos parlanchín que el cachorro. Sólo las
razas de perros bloodhound tienen un variado repertorio de voces que
les permiten a los cazadores seguir los progresos de la busca.
El
Canal Olfativo
Debido a
la menor agudeza de nuestro sentido olfativo y al hecho de que sea
tan poco importante en nuestra vida, nos resulta muy difícil poder
aprenderlo. Sin embargo, en el perro, muchos mensajes relativos al
rango social, al estado de receptividad genital y quizá incluso a la
jauría de origen, se transmiten por esa vía. Así, los mensajes
urinarios depositados por los machos están destinados principalmente
a informar a los congéneres del rango social del emisor.
En este
caso también interviene el aspecto visual: la postura del depósito
de orina está hecha para ser vista, y así los dominantes levantan
la pata cuanto pueden para depositar la orina lo más alto posible. Y
desde luego, está presente el aspecto olfativo, pues hay sustancias
de naturaleza todavía no precisada en esta especie que están
mezcladas con la orina. En cuanto a las perras en celo, también
depositan algo de sus secreciones vaginales en la orina para atraer a
los perros desde muy lejos.
El
Canal Visual
Más
importante en el adulto, asocia mímicas faciales y posturas. El
cachorro recién nacido es incapaz de utilizar completamente este
medio de expresión debido a su escaso control corporal (pues el
sistema nervioso no está terminado) ; lo adquirirá gracias al juego
en el seno de la camada.
Este
aprendizaje y la conformación de los sistemas de comunicación
parece que duran hasta la edad de la pubertad; los jóvenes machos
habrán aprendido entonces todas las sutilezas necesarias para evitar
los enfrentamientos con los ejemplares dominantes.
Un
Mimetismo A Veces Asombroso
Estos
modos de comunicación no verbal no son ajenos al hombre. Ya Darwin
describió la expresión de las emociones en el hombre y en los
animales, y resulta sorprendente comprobar que las manifestaciones de
los diferentes estados emocionales son completamente comparables en
especies tan diferentes a priori como el hombre y el perro. Así, la
agresividad se expresa descubriendo los caminos, levantando los
ángulos externos de los párpados, proyectando la cabeza hacia
adelante y levantando los hombros, posturas y mímicas todas ellas
que se encuentran tanto en el moloso más irascible como en el
automovilista víctima de un atasco.
Y más
todavía, cuando las dos especies, hombre y perro, tienen desde muy
pronto reacciones afectivas muy estrechas, se generará un ajuste
recíproco de sus comportamientos. Este fenómeno particular,
descrito por Hediger, se llama “tendencia a la asimilación”; el
animal puede adoptar posturas o mímicas que reproducen los sistemas
humanos, y entonces se presentan tales casos, que son zoomorfismos.
De todas formas, éstos no son los únicos modos de comunicación que
funcionan, y es interesante ver cómo el hombre puede transmitir
informaciones a su perro a través del lenguaje.
Zoomorfismo
y Antropomorfismo
En el
hombre, el Zoomorfismo más evidente se refiere a la llamada al juego
emitida en presencia del perro; el dueño se inclina rítmicamente,
se golpea en las rodillas con las palmas de las manos o golpea el
suelo con ellas, y puede incluso balancearse sobre uno y otro pie.
Estas actitudes gestuales se corresponden con una postura parecida en
el perro que invita a alguien a jugar con él.
Del
mismo modo, el cachorro “imitará” a los niños con quienes vive.
Naturalmente, cuando intenta iniciar una secuencia de juego, el perro
joven puede poner una de las patas delanteras en contacto con el
hocico e inclinar ligeramente la cabeza. Pero el animal exagerará
enseguida esa postura para conseguir un juguete o comida, como puede
hacerlo un niño.
La
relación hombre-perro pone de manifiesto numerosos comportamientos
de ese tipo, que servirán para reforzar la calidad de los lazos
entre el animal y su dueño.
Mímicas
Faciales Y Posturas
El perro utiliza los movimientos de la cara para comunicar con sus congéres. Los grupos de músculos más utilizados son los tres siguientes:
-La musculatura auricular permite el movimiento de las orejas.
-La musculatura labial provoca el movimiento de los labios.
-La musculatura palpebral (parpados) modifica las dimensiones de los ojos.
Las mímicas faciales asociadas a las posturas corporales le señalan al interlocutor el estado emocional del emisor y su rango social. En los dominantes, el porte levantado de las orejas y la apariencia tranquila del resto de la cara traducen su posición elevada en la jerarquía de los perros.
En los ejemplares no tan bien situados, los movimientos de los ángulos de los ojos y de los labios intervienen permanentemente. En todo caso, cuando son agredidos, los perros dominantes también presentan mímicas faciales que ponen en juego otros grupos musculares.
Aunque más sutil, el diámetro pupilar, controlado por el sistema neurovegetativo, es el signo de las emociones: cuando las sensaciones son agradables, la pupila está completamente abierta; si son desagradables, la pupila se cierra.
El perro utiliza los movimientos de la cara para comunicar con sus congéres. Los grupos de músculos más utilizados son los tres siguientes:
-La musculatura auricular permite el movimiento de las orejas.
-La musculatura labial provoca el movimiento de los labios.
-La musculatura palpebral (parpados) modifica las dimensiones de los ojos.
Las mímicas faciales asociadas a las posturas corporales le señalan al interlocutor el estado emocional del emisor y su rango social. En los dominantes, el porte levantado de las orejas y la apariencia tranquila del resto de la cara traducen su posición elevada en la jerarquía de los perros.
En los ejemplares no tan bien situados, los movimientos de los ángulos de los ojos y de los labios intervienen permanentemente. En todo caso, cuando son agredidos, los perros dominantes también presentan mímicas faciales que ponen en juego otros grupos musculares.
Aunque más sutil, el diámetro pupilar, controlado por el sistema neurovegetativo, es el signo de las emociones: cuando las sensaciones son agradables, la pupila está completamente abierta; si son desagradables, la pupila se cierra.
Por: Erik Farina (Etólogo Canino)
http://psicolmascot.blogspot.com
Contacto: psicolmascot@gmail.com
Copyright © Por: Erik Farina - Psicolmascot
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