El
Perro doméstico, es ante todo un mamífero social cuya vida es
indisociable de la estructura del grupo. Según el lugar que se le
reserve, podrá comportarse como un macho adolescente dentro de la
manada e intentar integrarse en otros grupos y hasta en otras
familias que le den un lugar más relevante en la jerarquía.
Si
bien el vagabundeo de algunos perros en el campo nunca ha planteado
problemas, no ocurre lo mismo en el medio urbano donde la fuga de un
perro supone algunos riesgos. En efecto, la propagación de la
epizootia de rabia hace extremadamente peligroso al vagabundeo de
cualquier perro no vacunado tanto para él mismo como para el
entorno. Por otra parte, existe el peligro de un accidente de
circulación que pueda matar al perro y herir gravemente a los
humanos.
¿Por
qué se escapa?
En
los machos, la principal causa de fuga es la búsqueda de una perra
en período de estro, y en las hembras, el deseo de encontrar
pretendientes. Los perros jóvenes, frenados por el miedo y la
inexperiencia, apenas se fugan. En cambio, algunos perros, sobre todo
machos adultos, que ya se hayan escapado por las razones dichas,
aprovecharán cualquier ocasión sólo por ganas de estar fuera.
La
primera escapada nunca será la última, pues parece que con ella el
perro habrá conocido la libertad. A medida que pasa el tiempo
aumentan rápidamente la frecuencia y la duración de las escapadas.
Al perro que se ha escapado no lo detiene nada; muerde la correa,
intenta saltar por encima de los muros..etc.
Durante
la fuga, el perro suele mostrarse tranquilo y poco agresivo. Evita al
humano pero busca la compañía de otros perros. Si el fugitivo se
encuentra frente a un perro prisionero el contacto puede resultar
violento, pero si el congénere encontrado está en libertad se
muestra mucho más tranquilo.
Durante
la escapada, el perro se dedica principalmente a husmear los olores y
a marcar su paso con algunas gotas de orina. Ello le provoca un
placer que basta para explicar la fuga, que, desde este punto de
vista, se presenta como una actividad sana, normal, indicada para
liberar muchas tensiones.
¿Cómo
evitar que se escapen?
Para
prevenir que se escape, existen varios medios; la contención, la
educación, la compensación por el ejercicio físico, los
tratamientos de modificación de conducta. Claro que el propietario
pensará en primer lugar en la contención, pero tal medio sólo será
eficaz si el perro está acostumbrado desde pequeño. La contención
a posteriori de un perro adulto es completamente ineficaz.
La
educación o adiestramiento es indispensable. El perro acostumbrado a
responder a la voz desde los tres meses de edad puede ser contenido
por ese medio en los paseos. Al principio y en caso de dificultad, la
correa larga permite evitar la fuga. Pero un perro bien educado no se
suele aprovechar del paseo para intentar escaparse. Del mismo modo,
el perro al que se le haga hacer regularmente mucho ejercicio físico
no es propenso a fugarse.
El
tratamiento de la fuga consiste en crear un vínculo que ligue el
perro al grupo familiar sin caer en el peligro de darle al animal un
rango demasiado elevado que haría que entrara en conflicto con sus
dueños. Por ello se asocia el perro a ciertas actividades del
conjunto de miembros de la familia (juegos, paseos, mimos..). Es
cierto que la comunicación entre hombre y el perro debe
desarrollarse: se sabe que los rituales (posturas de significación
predeterminada) traducen el vínculo que liga a los diferentes
miembros de un grupo social. Los medios médicos y quirúrgicos
resultan decepcionantes.
¿Qué
Perros se escapan?
Los
machos dominados no se vinculan al grupo. Además, su rango social
les prohíbe todo comportamiento sexual delante de sus dueños. Es
lógico, pues, que tales perros intenten probar suerte en otra parte
y eventualmente, formar grupo con otros fugados.
Debe
tener a su perro con el microchip, un collar con sus datos, número
de teléfono y nombre. Tener a mano los teléfonos de servicio del
ayuntamiento, policía o protectoras. Por si la fuga se prolonga
demasiado.
Si
desea tener asesoramiento, en adiestramiento, modificación de
conducta o una educación básica, escribanos a: psicolmascot@gmail.com
Por: Erik Farina (Etólogo Canino)
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Contacto: psicolmascot@gmail.com
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