El
potencial intelectual del perro es incuestionable aunque a veces lo
hayan exagerado algunos propietarios demasiado entusiasmados. Pero,
¿se puede hablar realmente de inteligencia?
Para dar
con una respuesta válida a esa pregunta conviene evitar dos
prejuicios tan reductores el uno como el otro: el que, en nombre de
la superioridad absoluta de la razón humana, niega que los animales
en general y los perros en particular tengan cualquier tipo de
inteligencia, y el prejuicio opuesto, que termina por reconocer
sistemáticamente al animal unas motivaciones calcadas de las del
hombre.
Tampoco
es mucho más exacto afirmar que el perro está sometido al instinto
mientras que la razón ha liberado al hombre; también los humanos
estamos sometidos a pulsiones del mismo modo que el animal
evolucionado no tiene sólo reacciones reflejas o estereotipadas.
Bien es verdad que el espíritu del hombre alcanza niveles de
complejidad más elevados pero también lo es que el perro está
perfectamente adaptado a su nicho ecológico, y eso supone una
habilidad intelectual indudable.
Abstracción
y Lenguaje
La
capacidad de abstraer, de crear imágenes mentales, es uno de los
componentes de la inteligencia. No parece que los perros la tengan
muy desarrollada a pesar de que su comportamiento pudiera indicar lo
contrario a veces. Tampoco tiene un lenguaje articulado, lo que no
significa desde luego que no se puedan expresar: al igual que todos
los mamíferos, se comunican por la voz, las actitudes y ciertas
señales principalmente olfativas. Pero ese lenguaje no sirve de
soporte al pensamiento abstracto y únicamente permite intercambiar
mensajes cuya significación es fundamentalmente social.
Un
Vocabulario de Cincuenta Palabras
Un perro
dotado y adiestrado puede reconocer una cincuentena de palabras. Pero
es por lo menos tan sensible a la entonación como a los sonidos
propiamente dichos, de modo que una palabra pronunciada en tono
colérico la interpretación seguramente como una reprimenda, incluso
a pesar de que esté asociada normalmente con una recompensa. El
perro no distingue fácilmente entre fonemas muy parecidos. Por lo
que conviene variar el vocabulario para que no confunda órdenes como
al lado y sentado.
¿Cual
es el Q.I del Perro?
El perro
no está dotado de una gran capacidad de abstracción, lo que hace
imposible determinar cualquier coeficiente intelectual canino ni tampoco
definir una escala numérica que permita situar la inteligencia de
los perros con respecto al humano. Pero el conocimiento de la
evolución de las especies ha llevado a situar el perro en un lugar
bastante elevado en la escala de los mamíferos evolucionados.
Inteligencia
y Capacidad de Adaptación
Si la
capacidad de adaptarse fácilmente a situaciones nuevas denota una
cierta inteligencia, entonces el perro es muy inteligente. La misma
historia de su domesticación lo demuestra, como también lo prueba
cada día la habilidad que tiene para resolver los problemas
derivados de la vida moderna: todos los perros saben subir por una
escalera, empujar una puerta e incluso abrirla accionando la manilla,
y en general, orientarse sin problemas en el verdadero laberinto que
es la habitación de su dueño. Por otra parte, cualquier perro puede
superar de modo espontáneo los muy complejos tests de orientación
espacial a que se someten los animales de laboratorio.
Según
otra definición clásica, la inteligencia es la “capacidad de
adaptar los medios a los fines”. Desde este punto de vista, el
perro también la tiene: todos los ejemplares son capaces de utilizar
las patas para coger objetos, y la mayoría de ellos saben tirar del
mantel o de un hilo para acercar lo que quieren coger. Esta aptitud,
parecida a la que manifiestan los primates más evolucionados, no es
muy diferente de la que le permitió al hombre primitivo transformar
los objetos en herramientas.
Inteligencia
y Aprendizaje
En el
perro, igual que en el hombre, una parte de la inteligencia es innata
y la otra, adquirida, sin que se pueda determinar muy bien la
importancia de una con respecto a la otra. De todos modos, decir que
algunas razas son más inteligentes que otras, no tiene mucho
sentido. Todo lo más que se puede decir es que el Mastín del
Pirineo, por ejemplo, está mejor adaptado genéticamente para la
guarda de rebaños que el Setter, que este en cambio, lo está mejor
genéticamente como perro de caza. Lo cual no significa que todos los
Mastines del Pirineo ni que todos los Setters tengan la misma
capacidad en principio.
Por
último, el potencial de cada individuo sólo se desarrollará por
completo si las circunstancias lo permiten; así, se sabe que un
cachorro que esté aislado de los humanos o de sus congéneres
durante los primeros meses estará retrasado con respecto a otro cuya
vida social haya sido normal. De ahí la importancia de la educación
que, aunque no haga al perro más inteligente, sí le permitirá
aprovechar al máximo sus posibilidades.
Inteligencia
y Reflejos Condicionados
El perro
aprende enseguida a asociar ciertas señales con acontecimientos
inminentes, agradables o desagradables. Así, el tintineo de las
llaves de casa, que este suele anunciar el paseo, bastará para
desencadenar la febrilidad del perro incluso aunque su dueño no se
disponga a salir. Los trabajos del premio Nobel ruso Pavlov
(1849-1936) pusieron de manifiesto la adquisición de estos “reflejos
condicionados” que, siendo al principio actos razonados, se
convierten enseguida en simples automatismos.
Si usted
está interesado en poder medir el Q.I de su perro, y desea una
educación o una modificación de conducta, puede escribirnos al
correo: psicolmascot@gmail.com Nos pondremos en contacto con usted lo
antes posible, para poder satisfacer sus necesidades con respecto a
su perro.
Por:
Erik Farina (Etólogo Canino)
Contacto: psicolmascot@gmail.com
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© Por: Erik Farina - Psicolmascot
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