Datos
Históricos
Este
grupo engloba razas antiquísimas y poco alteradas con el paso de los
siglos. Los Lebreles por ejemplo, son los primeros perros de caza
conocidos en la historia de la humanidad.
La
historia de todos los Hounds (Deerhound, Bloodhound, Greyhound,
etcc..) está ligada a la historia de los celtas. Los perros que
utilizaban los antiguos celtas para cazar se extendieron por Europa
acompañándolos a sus nuevos asentamientos. Los posteriores
colonizadores, no obstante, causaron la extinción de la cultura
céltica en algunas regiones y la incorporaron a la propia en muchas
otras.
En
el primer caso, con los celtas desaparecieron los antecesores de los
modernos Hounds; en el segundo, también los perros celtas se
mestizaron con los perros que trajeron consigo los nuevos pobladores.
En algunas regiones, sin embargo, la cultura céltica pervivió
(Irlanda, Bretaña, Gran Bretaña, Galicia y Asturias), y allí las
viejas razas célticas también pervivieron, dando lugar a todos
Hounds que conocemos ahora.
Un
antepasado común de muchos Hounds actuales fue el Saint Hubert
Hound, el perro que criaron los monjes belgas en el siglo VI en honor
de San Huberto, su patrono, que se convirtió al cristianismo después
de haber visto un venado con una cruz en mitad de la cuerna. El
Bloodhound (sabueso) actual, concretamente, es descendiente directo
del que criaron los monjes.
Con
el paso de los siglos, casi todas las naciones europeas criaron sus
propios perros rastreadores y de carrera, auque fue en Francia donde
surgieron más razas. Además, muchas de las razas producidas en
otras regiones (como Devon Staghound y el Welsh Hound, por ejemplo)
se extinguieron, mientras que la popularidad de muchas razas
francesas ha perdurado hasta nuestros días.
En
Francia, la caza era uno de los entrenamientos favoritos de los
nobles, y por ello los perros de caza se criaban con el mayor
cuidado. En el siglo XII, Luis IX planificaba las guerras para el
verano y el otoño con el fin de reservarse el invierno y la
primavera para cazar. Muchas razas se extinguieron con la
aristocracia tras la Revolución Francesa. Otras, como el Baset
Griffon Vandéen, aunque estuvieron a punto de extinguirse, han sido
recuperadas en épocas recientes y actualmente están ganando
popularidad.
Los
Perros Rastreadores y o de Carrera
Aunque
tanto unos como otros son perros de caza utilizados para localizar a
las presas, en la forma en que lo hacen, más exactamente, es el
órgano sensorial del que se valen para hacerlo, nos obliga a
dividirlos en dos grandes grupos: los perros rastreadores, que se
valen de su olfato, sumamente desarrollado, para seguir el rastro de
la caza, y los perros de carrera que utilizan la vista
principalmente.
Estos
perros suelen complementar su gran vista con una excepcional
velocidad, necesaria para alcanzar y abatir a las presas. Los
rastreadores, en cambio, no son necesariamente rápidos, ya que su
estrategia principal es el acoso en vez de la persecución.
Los
Rastreadores
A
diferencia de los perros de muestra y cobradores, estos perros, una
vez localizada su presa, la abaten y esperan que el cazador acuda a
recogerla. Criados originalmente para abatir a los lobos y jabalíes,
son fuertes y corpulentos, además de resistentes. En épocas
posteriores, la necesidad de cazar zorros y venados favoreció la
aparición de razas menos voluminosas, capaces de alcanzar
velocidades mayores, a veces obtenidas cruzando los rastreadores con
perros de carrera.
Los
Basset fueron expresamente criados por sus patas cortas para cazar en
cubierto, es decir, en la espesura: los cazadores, que debían ir a
pie, podían seguir a los perros más cómodamente. Además, éstos
caminaban sin despegar la trufa del suelo, lo que les permitía
seguir el rastro olfativo con mayor precisión.
Los
Perros de Carrera
Entre estos cazadores que no localizan a las presas valiéndose del olfato, sino de la vista, se encuentran en todos los Galgos y Lebreles, cuyo inconfundible perfil de atletas se aprecia ya con toda claridad en las cerámicas persa y asiria del año 6000 a.C., lo que parece indicar que el origen de estas razas es muy anterior al de los rastreadores con los que están emparentadas.
Estas razas proceden de regiones no boscosas del hemisferio sur, donde la escasez de árboles permitía localizar las presas a simple vista, siempre que ésta fuese aguda. El olfato no era tan necesario, ya que ni las gacelas gacelas ni los antílopes podían ocultarse tras la maleza. Fue la necesidad de cazar estas presas tan veloces la que los convirtió en perros de carrera.
A diferencia de los rastreadores, que podríamos considerar corredores de fondo por su resistencia, ya que abaten a las presas acosándolas hasta agotarlas, los perros de carrera son más bien corredores de sprint, como demuestran sus largas extremidades, sus nervudas ijadas y su perfil aerodinámico, así como el profundo pecho, que les confiere una notable capacidad pulmonar.
Al popularizarse el antiguo deporte de las carreras de perros, los Galgos ganaron popularidad, al considerarse los más veloces, auque en realidad los Irish Wolfhound, los Deerhound y los Lebreles Afganos no se quedan atrás persiguiendo una liebre mecánica.
La Vida en el Hogar
Los rastreadores, criados para cazar en jauría, tienden a llevarse bien con los demás perros, siempre y cuando la jerarquía social entre ellos quede clara. Cuando un perro rastreador encuentra un rastro olfativo en el parque, su instinto lo lleva a seguirlo con obcecación, volviéndose sordo ante su amo, por lo que es fundamental adiestrarlos desde muy jóvenes para acudir cuando se les llame. Estos perros ladran bastante, ya que solían valerse de la voz para indicar a los cazadores que ya podían acudir a recoger las piezas.
Los perros de carrera suelen ser más silenciosos. Como solían cazar en solitario en vez de en jauría, tienen espíritu independiente. Como los rastreadores, se vuelven sordos en cuanto creen haber localizado una presa, por lo que también es preciso adiestrarlos para acudir cuando se les llame desde muy jóvenes.
Entre estos cazadores que no localizan a las presas valiéndose del olfato, sino de la vista, se encuentran en todos los Galgos y Lebreles, cuyo inconfundible perfil de atletas se aprecia ya con toda claridad en las cerámicas persa y asiria del año 6000 a.C., lo que parece indicar que el origen de estas razas es muy anterior al de los rastreadores con los que están emparentadas.
Estas razas proceden de regiones no boscosas del hemisferio sur, donde la escasez de árboles permitía localizar las presas a simple vista, siempre que ésta fuese aguda. El olfato no era tan necesario, ya que ni las gacelas gacelas ni los antílopes podían ocultarse tras la maleza. Fue la necesidad de cazar estas presas tan veloces la que los convirtió en perros de carrera.
A diferencia de los rastreadores, que podríamos considerar corredores de fondo por su resistencia, ya que abaten a las presas acosándolas hasta agotarlas, los perros de carrera son más bien corredores de sprint, como demuestran sus largas extremidades, sus nervudas ijadas y su perfil aerodinámico, así como el profundo pecho, que les confiere una notable capacidad pulmonar.
Al popularizarse el antiguo deporte de las carreras de perros, los Galgos ganaron popularidad, al considerarse los más veloces, auque en realidad los Irish Wolfhound, los Deerhound y los Lebreles Afganos no se quedan atrás persiguiendo una liebre mecánica.
La Vida en el Hogar
Los rastreadores, criados para cazar en jauría, tienden a llevarse bien con los demás perros, siempre y cuando la jerarquía social entre ellos quede clara. Cuando un perro rastreador encuentra un rastro olfativo en el parque, su instinto lo lleva a seguirlo con obcecación, volviéndose sordo ante su amo, por lo que es fundamental adiestrarlos desde muy jóvenes para acudir cuando se les llame. Estos perros ladran bastante, ya que solían valerse de la voz para indicar a los cazadores que ya podían acudir a recoger las piezas.
Los perros de carrera suelen ser más silenciosos. Como solían cazar en solitario en vez de en jauría, tienen espíritu independiente. Como los rastreadores, se vuelven sordos en cuanto creen haber localizado una presa, por lo que también es preciso adiestrarlos para acudir cuando se les llame desde muy jóvenes.
Por: Erik Farina (Etólogo Canino)
www.psicolmascot.com
Contacto: psicolmascot@gmail.com
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