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12 octubre, 2015

El Perro, Evolución y Domesticación



Genealogía del Perro

El perro es un animal carnívoro tal como indican sus cuatro dientes carniceros, diseñados para hincarse profundamente en la carne de las presas. Se cree que los carnívoros aparecieron hace entre 54 y 38 millones de años, como respuesta a ciertos cambios climáticos y medioambientales. Probablemente, el antepasado más antiguo del perro fue un creodonte (carnivoro de reducidas dimensiones) de aspecto similar al de un hurón denominado Miacis, que vivía sobre los árboles durante el Paleoceno (Pleógeno).

Hace entre 38 y 26 millones de años, el Miacis fue poco a poco reemplazado por varias especies de cánidos (animales de la familia del perro), entre los que se incluía el Hesperocyon. Éste, que vivía en lo que actualmente llamamos Norteamérica, poseía un oído interno muy similar al de los cánidos actuales, lo cual confirma su vínculo evolutivo. A pertir de esta criatura evolucionó el Cynodictis, de aspecto más similar al del perro, una especie que se extendió por numerosas zonas del planeta.

Hacia el final del Mioceno, hace unos 12 millones de años, aparecieron 42 nuevas especies de cánidos, una de las cuales, el Tomarctus, tenía el morro largo, el cerebro muy grande y una complexión muy similar a la del perro moderno, así como una dentadura muy parecida. De este cánido proceden en última instancia todas las actuales razas caninas.

Evolución de la Especie

Se han propuesto diversas teorías para explicar el origen del perro, algunas de las cuales lo hacían descender directamente del lobo, mientras que otras aseguraban que su antepasado directo era el zorro o el chacal. Tanto el perro doméstico como el lobo y el chacal pertenecen a la familia de los cánidos.

El parentesco de estas tres especies, así como el hecho de que puedan procrear entre sí, hizo que se especulara con la posibilidad de que el perro fuese producto de un cruce de lobo y chacal. Los científicos modernos consideran, no obstante, que el antepasado directo del perro es el Canis Lupus Pallipes, una variedad de lobo gris que aún existe en la actualidad en la India y en el Oriente Medio.

El Perro y el Humano

La asociación entre perros y humanos es muy antigua. Ya en la pintura rupestre aparecen perros cazando junto con los humanos, y los huesos hallados en asentamientos muy primitivos revelan que el perro y el humano convivían 15.000 años como mínimo. Sin embargo, no parece probable que desde el primer momento humano y canes hayan sido amigos y camaradas. Por el contrario, las relaciones entre ambas especies debieron de ser al principio mucho menos idílicas de lo que podría imaginarse.

Aunque nadie duda de que el lobo sea el antepasdo directo del perro, una cosa es que los genes de éste hayan podido dar lugar a razas tan diversas como las de los perros actuales, y otra muy distinta a que el hombre haya sido capaz de domesticar de buenas a primeras a un lobo adulto, al fin y al cabo un predador salvaje que vivía integrado en la manada.

Y tampoco parece muy probable que el hombre robase cachorros de lobezno de su cubil, los trasladase a su casa y éstos se transformaran de manera automática en animales domésticos, ya que con el tiempo los lobeznos llegarían a ser lobos adultos y acabarían comportándose igualmente conforme a sus instintos naturales de predador.

Lo más probable es que se produjese una mutación genética en el lobo más o menos en la época en que el hombre estaba pasando de cazador nómada a sedentario, responsable del infantilismo de algunos lobos, que habrían visto detenida su evolución hacia el estado de predador adulto entre los cuatro y los seis meses de edad.

EL Origen de la Domesticación

Los desechos de comida que se acumulaban alrededor de los asentamientos humanos se convertirían en un magnífico recurso para los lobos menos desconfiados con el humano, los cuales encontrarían un alimento más seguro, cómodo y abundante que sus compañeros rebuscando simplemente entre los restos.

Estos lobos infantilizados, a su vez, debieron de constituir una fuente suplementaria de proteínas para el humano a medida que éste iba abandonando sus hábitos de caza para convertirse poco a poco en agricultor.

Por esta razón toleraría que los lobos más mansos merodeasen en busca de carroña y conocería perfectamente qué ejemplares producían las crías más robustas. Con el tiempo, estos lobos estancados en la adolescencia acabarían viviendo en los propios poblados. Y éste habría sido el primer paso de la domesticación.

Cuando los humanos empezaron a cultivar vegetales, a regresar al punto de origen tras las partidas de caza y a capturar ganado vivo, descubrirían en algunos de estos lobos unas cualidades muy útiles. Algunos, los más infantiles y juguetones, habrían perdido por completo sus instintos de caza y posesión, y resultarían particularmente aptos para guardar los rebaños. Otros destacarían por ser especialmente posesivos, y el hombre fomentaría este rasgo de su carácter si necesitaba ayuda para cobrar piezas cazadas.

El humano habría entonces conservado y criado aquellos ejemplares que le resultaban útiles, y habría matado, devorado o ahuyentado a todos los demás. Al principio, el humano habría criado perros para que lo ayudase en la caza o le protegieran a él y a sus bienes, como muestran las razas caninas más antiguas (Molosos, Lebreles, Bracos y perros Pastor). Por aquel entonces, y durante muchos milenios, al ser humano le importaba bien poco el aspecto externo del perro, ya que únicamente le interesaba su utilidad como animal de trabajo.

La evolución de la humanidad traería consigo la progresiva popularización del perro, y su dispersión por diferentes partes del mundo, probablemente a través de las rutas comerciales. Los perros serían valorados como animales de trabajo en todas partes, pero probablemente el aspecto de un perro de pastor en cierta parte del mundo diferiría mucho del otro perro de pastor utilizando en un punto distinto del planeta.

El tipo de trabajo realizado por el perro, en cambio, sí se reflejaría en el aspecto del perro. Los perros fornidos y corpulentos como el Mastín resultarían especialmente adecuados para cazar en el bosque, mientras los más ágiles y ligeros, como los Collies y Lebreles, resultarían muy útiles para perseguir, acorralar o levantar la caza en terreno abierto.

El aspecto del perro fue evolucionando a medida que se modificaban sus hábitos de conducta. El humano no comenzó a criar perros únicamente por su aspecto externo hasta el siglo XX.

Etólogo Canino: doctorleuka@gmail.com


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El Perro en el Coche - 2

En el coche, el perro se siente normalmente como en su casa. Para el perro, el motor que ronronea es sinónimo de perspectiva de paseo, o de actividad en compañía de su dueño.

Tamaño de Perro, Tamaño de Coche

Cuando se ha escogido un perro de una raza grande, se tendrá que estudiar, en un plazo más o menos largo, el cambio del coche. En efecto, ya se trate de llevarlo a cazar o a la oficina, de vacaciones o un fin de semana, el perro debe tener su lugar en el coche y no meterlo entre las maletas. Debe poder dormir y moverse comodamente.

El coche todoterreno o monovolumen, es el que mejor se adapta, sobre si se van a transportar varios animales, caso frecuente del criador que debe presentar numerosos perros en una exposición. Los cazadores que van a cazar o a participar en un concurso con una jauría de perros, que no paran de correr por todas partes, preferirán seguramente un remolque.

En cualquier coche, el lugar del perro es la parte trasera. Algunos perros de talla pequeña se colocan voluntariamente en la parte trasera, que reconocen como suya, lo que facilita las cosas cuando el habitáculo está lleno. Pero, CUIDADO, en este lugar el sol da muy fuerte, y si va con arnés tener cuidado con los frenazos fuertes, porque se desplazará bruscamente. El perro molesto debe, por su parte, ser separado del conductor por una rejilla de protección. Lo mismo sucede con los perros revoltosos, cualquiera que sea su tamaño, incluso los más pequeños, pueden distraer al conductor con facilidad y provocar un accidente, lo mejor siempre es llevarlos en un transportín.

Algunos dueños, en particular aquellos que preparan a sus perros para campeonatos o concursos de trabajo, prefieren acondicionar, en la parte trasera de su coche, unos cajones o jaulas, que impide al perro salirse y fatigarse, al tratar de mantener su equilibrio ante las irregularidades de la carretera; curvas, aceleración, frenazos, etc..

Los transportines, también obligan al perro a estar tranquilo, y por otra parte, debido a su forma, le facilitan un habitáculo agradable y confortable.

Por razones obvias, el perro no debe ir, nunca, en las rodillas del conductor. Todo conductor que desprecie esta norma de seguridad corre el grave riesgo, en caso de accidente, de ver a su compañía de seguros volverse contra él. De la misma manera es punible desde el punto de vista del código de circulación llevar un perro que impida la visibilidad o dificulte las maniobras.

Todo esto no debe servir para relegar el perro al maletero; en ese espacio oscuro y ruidoso, el perro separado de su amo puede sentirse desgraciado e incluso tener pánico.

¡Cuidado con los Golpes de Calor!

Cada año, numerosos perros mueren de un golpe de calor, a consecuencia, casi siempre, de una estancia prolongrada, en un coche expuesto al sol y donde no entra ni una pizca de aire. La policía, avisada por los viandantes, debe intervenir, rompiendo el cristal para salvar al perro. El Golpe de Calor;

Cómo Reconocer el Golpe de Calor

Un perro ardiente, en un estado de semiconsciencia, que babea y cuyas mucosas están más oscuras de lo que es habitual, debe de ser socorrido de inmediato. En casos, hay que llevarlo, los más rápidamente posible, a un lugar ventilado, rociarlo abundantemente con agua fría, si es necesario, ponerle una bolsa de hielo en la cabeza y llevarlo al veterinario más cercano.

Cómo Evitar el Golpe de Calor

Este tipo de accidentes es muy fácil de evitar. Los problemas de estacionamiento existen realmente, pero un coche en el que debe permanecer un perro debe dejarse siempre en un estacionamiento en que dé la sombra, y el propietario debe ser consciente de que el sol gira en el transcurso del día y las sombras no están fijas. También tendrá que dejar ligeramente bajada la ventanilla. Un ventilador puede también ser conectado en la batería.

No Sólo los Golpes de Calor

Otro accidente, también grave, aunque menos conocido, es el riesgo que corre el perro, cuando su amo, imprudente o distraído, no le ha quitado su correa. Al moverse, el perro se enrolla con alguna palanca, por ejemplo, y al no poder desenrollarse, se mueve más y puede acabar estrangulándose, sobre todo si lleva puesto un collar estrangulador.

Cuidado en la Carretera

En el curso de un largo viaje, el perro, como sus amos, necesita desentumecerse y agradecerá hacer un alto en el camino cada dos horas aproximadamente. Pero, Cuidado, una parada en el borde de la carretera nacional o de una autovía, no es más que un peligro. El perro, aterrorizado por el ruido o desorientado por la novedad, puede escaparse y cruzar la carretera.

Es necesario tener la precaución de ponerle la correa antes, no vacilar en detenerse en una zona que permita al perro brincar sin ningún peligro.

Los viajes en un coche exponen al perro a la deshidratación, por lo que es necesario proporcionar agua fresca al perro. Es igualmente necesario que le dé el aire, pero no en exceso.. y en ningún caso se debe dejar que el perro saque la cabeza por la ventanilla abierta, recibiendo los golpes del viento, con lo que llegaría a su destino con una conjuntivitis, una queratitis o una otitis.. si no acaba muerto por el golpe de otro coche. Un último consejo: enseñar a vuestro perro a viajar tranquilo, pues no hay nada que ponga más nervioso que un perro que aúlla o ladra durante todo el trayecto.



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