¿Qué son la neoplasia, los tumores
y el cáncer?
La neoplasia es el crecimiento anormal
e incontrolado de células o tejido en el cuerpo, y el crecimiento
anormal en sí es conocido como neoplasma o tumor. Puede ser benigno
o maligno. Los neoplasmas benignos no crecen de manera agresiva, no
invaden los tejidos corporales que los rodean ni se diseminan por
todo el cuerpo. Por otro lado, los neoplasmas malignos, tienden a
crecer rápidamente, invaden los tejidos que los rodean y se
diseminan a otras partes del cuerpo (metástasis).
A menudo, las palabras “tumor” o
“masa” son utilizadas para describir la hinchazón existente u
otro tipo de apariencia física de un neoplasma. Con frecuencia, la
palabra “cáncer” se confunde con neoplasia, pero solamente los
neoplasmas malignos son verdaderamente cáncer.
¿Qué tan frecuentes son las
neoplasias y el cáncer?
La neoplasia es común en mascotas y la
incidencia incrementa con la edad. Casi la mitad de las muertes de
las mascotas mayores de 10 años se deben al cáncer. En los perros,
el cáncer se presenta casi con la misma incidencia que en los seres
humanos, mientras que en los gatos la incidencia de cáncer es menor.
¿Cómo se diagnostica?
A menudo, se sospecha la presencia de
neoplasia en base al historial médico y al examen físico de la
mascota. Otros exámenes adicionales, como radiografías (rayos-x),
pruebas de sangre y ultrasonidos pueden ser necesarios para confirmar
la neoplasia. Por lo general, se necesita llevar a cabo una biopsia,
la cual consiste en tomar una muestra de tejido del neoplasma para
ser examinado bajo un microscopio. Esto ayudará a confirmar el
diagnóstico y a determinar si el neoplasma es benigno o maligno.
También pueden ser necesarias biopsias adicionales de otros tejidos,
como de los ganglios linfáticos, para determinar la magnitud de la
diseminación del neoplasma maligno (cáncer).
¿Se puede prevenir la neoplasia?
Desafortunadamente, la causa de la
mayoría de las muertes por neoplasia aún se desconoce y, por lo
tanto, la prevención es difícil. Una detección y un tratamiento
tempranos son la mejor forma de manejar la neoplasia en mascotas.
Tipos comunes de neoplasia en
mascotas
Piel – La neoplasia de piel es
muy común en perros viejos, pero es mucho menos común en gatos. La
mayoría de los neoplasmas de piel en gatos son malignos, pero en
perros por lo general son benignos. Su veterinario debería examinar
todos los neoplasmas de piel en un perro o en un gato para determinar
si son malignos.
Glándula Mamaria (Mama) – El
50% de todos los neoplasmas mamarios en perros y más del 85% de
todos los neoplasmas mamarios en gatos son malignos. La
esterilización de su mascota hembra antes de los 12 meses de edad
reducirá de manera importante el riesgo de neoplasia de glándula
mamaria.
Cabeza y Cuello – La neoplasia
de la boca es común en perros, pero menos frecuente en gatos. Los
signos a observar son: una masa o tumor en las encías, hemorragia,
olor o dificultad para comer. Debido a que muchas hinchazones son
malignas, es esencial iniciar un tratamiento temprano y agresivo. La
neoplasia también se puede desarrollar en el interior de la nariz de
perros y gatos. Hemorragia nasal, dificultad para respirar o
hinchazón facial son signos que pueden indicar la presencia de
neoplasia y deberían ser revisados por su veterinario.
Linfoma – El linfoma es una
forma común de neoplasia en perros y gatos. Se caracteriza por el
crecimiento de uno o varios ganglios linfáticos en el cuerpo. En
algunos gatos, un contagioso virus de leucemia felina puede ser la
causa del linfoma.
Testículos – La neoplasia
testicular es poco frecuente en gatos y común en perros,
especialmente en aquellos con testículos retenidos (cuando éstos no
descendieron a su posición normal durante el crecimiento, y que
pueden estar localizados en el abdomen o entre el abdomen y el
escroto).
Neoplasia Abdominal – Los
neoplasmas en el interior del abdomen son comunes pero es difícil
realizar un diagnóstico temprano. La pérdida de peso o la hinchazón
abdominal pueden ser signos de neoplasia abdominal.
Hueso – Los neoplasmas de
hueso son los que se ven con más frecuencia en los perros de raza
grande y en perros mayores de siete años, y es poco frecuente en
gatos. Los huesos de las patas, cerca de las articulaciones, son los
sitios más comunes. Un dolor persistente, cojera e hinchazón en el
área afectada son los síntomas comunes de la enfermedad.
Muchos de los síntomas anteriormente
mencionados también son vistos en condiciones no neoplásmicas, pero
aun así, éstos requieren la atención inmediata de un veterinario
para determinar la causa. La neoplasia es frecuentemente tratable y
un diagnóstico temprano ayudará a su veterinario a proporcionar la
mejor atención posible.
¿Cómo se trata el cáncer?
Cada tipo de neoplasia requiere una
atención individualizada y puede incluir una terapia de tratamiento
o una combinación de las mismas como cirugía, quimioterapia,
radiación, criocirugía (congelamiento), hipertermia (calentamiento)
o inmunoterapia. La salud general de su mascota también es muy
importante, y su veterinario puede recomendar cambios en su dieta u
otras alternativas para ayudar a que su mascota responda mejor al
tratamiento. Una vez que usted tenga un diagnóstico, su veterinario
discutirá sobre la mejor opción (u opciones) de tratamiento para su
mascota y los riesgos y efectos secundarios asociados con cada
opción. El manejo del dolor también es una parte importante del
tratamiento. En algunos casos, su veterinario lo puede referir a un
oncólogo certificado (especialista en cáncer) y/o a una clínica
especializada, dependiendo del curso recomendado del
tratamiento.
Algunos tipos de neoplasia pueden ser
curados, pero otros solamente pueden ser tratados para disminuir su
propagación y prolongar el alivio y la vida de su mascota el mayor
tiempo posible. A menudo, los factores más importantes para
determinar el éxito del tratamiento son la detección temprana del
neoplasma y el tipo de éste. En algunos casos, la eutanasia es
considerada cuando una mascota tiene neoplasia (especialmente en
algunos tipos de cáncer). Antes de tomar una decisión, ya sea para
el tratamiento o para la eutanasia, discuta las opciones con su
veterinario con el fin de poder hacer la mejor elección para su
mascota y su familia.
¿Cuál es el índice de éxito?
Esto depende en gran medida del tipo y
la magnitud de la neoplasia, así como de la agresividad de la
terapia. Normalmente, los neoplasmas benignos son fáciles de tratar,
y existen grandes posibilidades de que el tratamiento de cualquier
tipo de neoplasia tenga éxito si éste fue detectado de manera
temprana. Aunque algunos neoplasmas (especialmente los tipos de
cáncer más agresivos) no pueden ser curados, el tratamiento puede
prolongar la vida de su mascota y mejorar su calidad de vida.
¿Qué nos traerá el futuro?
A través de las investigaciones y la
experiencia, estamos aprendiendo cada vez más sobre la neoplasia.
Hoy en día, los animales tienen más posibilidades que antes de ser
tratados de manera exitosa contra la neoplasia y el cáncer, y
mientras más aprendamos sobre estos problemas, más posibilidades
habrá de que mejoremos y salvemos las vidas de las mascotas. Los
nuevos métodos de diagnóstico pueden ayudar a detectar la neoplasia
de manera temprana e incrementar las posibilidades de su mascota, y
se están desarrollando nuevos métodos de tratamiento para tener
mayores posibilidades de éxito con menores riesgos de efectos
secundarios.
10 signos comunes de neoplasia en
animales pequeños.
1. Hinchazones anormales que persisten
o siguen creciendo
2. Úlceras que no sanan
3. Pérdida de peso
4. Pérdida de apetito
5. Hemorragia o secreción por
cualquier abertura corporal
6. Olor fétido
7. Dificultad para comer o tragar
8. Titubeos al hacer ejercicio o
pérdida de vitalidad
9. Rigidez o cojera persistentes
10. Dificultad para respirar, orinar o
defecar
Por: Erik Farina (Etólogo Canino)
www.psicolmascot.com
Contacto: psicolmascot@gmail.com
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