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12 diciembre, 2015

Enfermedad del Tracto Urinario Inferior de los Felinos

¿Qué es la Enfermedad del Tracto Urinario Inferior de los Felinos?

La enfermedad del tracto urinario inferior de los felinos (ETUIF) describe una variedad de condiciones que afectan la vejiga y la uretra de los gatos. Por lo general, los gatos que son afectados con esta enfermedad presentan dificultad y dolor al orinar, mayor frecuencia para orinar, y sangre en la orina. Los gatos que presentan este padecimiento también tienden a lamerse de manera excesiva y pueden orinar fuera de la caja de arena, a menudo en superficies frías y suaves como mosaicos o bañeras.

Aunque esta enfermedad puede presentarse a cualquier edad, generalmente afecta a gatos de edad media y con sobrepeso que hacen poco ejercicio, que utilizan una caja de arena en el interior de la casa, que tienen poco o nulo acceso al exterior, o que consumen una dieta seca. Ciertos factores como estrés emocional o ambiental, familias con varios gatos, y cambios bruscos en la rutina diaria también pueden incrementar el riesgo de que un gato desarrolle ETUIF.

Los principales síntomas de la enfermedad del tracto urinario inferior de los felinos incluyen:

• esfuerzo para orinar

• orinar en pequeñas cantidades

• intentos frecuentes y/o prolongados para orinar

• llanto al orinar

• lamerse en exceso en la zona genital

• orinar fuera de la caja de arena

• sangre en la orina

Tenga en cuenta que los gatos que sufran obstrucción uretral (una obstrucción en la uretra, la cual es el tubo que lleva la orina desde la vejiga hacia el exterior) también presentarán estos síntomas pero orinarán muy poco o nada y estarán cada vez más adoloridos. La obstrucción uretral se presenta con mayor frecuencia en gatos que en gatas ya que éstos cuentan con una uretra más larga y estrecha. Una obstrucción uretral es una emergencia y requiere tratamiento veterinario inmediato.

¿Cómo se diagnostica la ETUIF?


Aunque la ETUIF tiene muchas causas, puede ser difícil de diagnosticar. En base a los síntomas de su gato, su veterinario realizará un examen físico y muy probablemente llevará a cabo un análisis de orina para evaluar el pH y la concentración y presencia de cristales, sangrado, inflamación e infección. Si la causa no se ha identificado aún, podría ser recomendable realizar pruebas como cultivo de orina, rayos-x, pruebas sanguíneas y otros exámenes de orina adicionales.

¿Cuáles son las causas de la ETUIF?

Urolitiasis (Cálculos Urinarios)

Una de las posibles causas de la ETUIF es la formación de cálculos urinarios, lo que se conoce como urolitiasis, en la vejiga y/o uretra. Se trata de acumulaciones de minerales que se forman en el tracto urinario de los gatos. Por lo general, es necesario realizar una prueba de rayos-x o de ultrasonido para diagnosticar cálculos urinarios. Los urolitos más comunes son los oxalatos de calcio y los cálculos de estruvita (magnesio, amonio y fosfato). Aunque puede recetarse una dieta específica para disolver los cálculos de estruvita, los cálculos de oxalato de calcio necesitarán ser retirados por medio de cirugía. Si dicha dieta falla, o los cálculos se forman nuevamente, entonces también será necesaria una cirugía para retirar los cálculos de estruvita.

En las gatas, también es posible que el veterinario ayude a evacuar los cálculos irrigando su vejiga con líquidos estériles, o también puede retirar los cálculos pequeños de la vejiga utilizando un cistoscopio, una vez que el animal haya sido anestesiado. Posteriormente, el veterinario podrá recomendar medicamentos o
cambios en su dieta después de la cirugía para ayudar a evitar que el problema se presente de nuevo.

Infección Urinaria

La infección del tracto urinario de su gato por bacterias, hongos, parásitos o posiblemente hasta virus, pueden causar signos de ETUIF. Aunque las infecciones bacterianas son más comunes que las micóticas, parasitarias o virales, aún siguen siendo relativamente poco comunes en gatos. Si se detecta una infección, probablemente su veterinario busque otra enfermedad o problema que haya puesto a su gato en riesgo de infección. Por ejemplo, los urolitos y la diabetes pueden incrementar el riesgo de infección del tracto urinario. En los gatos jóvenes, las infecciones de la vejiga son causantes de la ETUIF en menos de un 5% ya que el contenido y la concentración de ácido en su orina evita las infecciones.

Enfermedades como insuficiencia renal y la diabetes son más comunes en gatos mayores de 10 años de edad, y alteran la acidez y concentración de la orina, dando como resultado un mayor riesgo de infección en estos gatos. La infección del tracto urinario es una causa relativamente común de la ETUIF en gatos viejos, seguida por los urolitos. A menudo, el tratamiento para las infecciones urinarias depende de la gravedad y los organismos causantes de la infección, y puede incluir terapias de irrigación, acidificadores urinarios y/o antibióticos.

Obstrucción Uretral

El problema más serio asociado con la función urinaria es cuando la uretra de un gato se bloquea de manera parcial o total. Estos gatos se esfuerzan para orinar y producen muy poca orina o nada. Puede parecer que el gato está estreñido y se esfuerza para defecar, pero a menudo, el esforzarse en la caja de arena es señal de una obstrucción uretral. La obstrucción uretral es una condición que pone en riesgo la vida, la cual es causada por cálculos uretrales o por tapones uretrales (éstos últimos están hechos de un material suave que contiene minerales, células y proteína de apariencia mucosa).

Los gatos machos (esterilizados o no) tienen mayor riesgo de una obstrucción uretral que las hembras ya que su uretra es más grande y estrecha. Esta es una verdadera emergencia médica, y cualquier gato con sospecha de que sufre esta condición deberá recibir atención veterinaria de inmediato. Una vez que la uretra se obstruya completamente, los riñones ya no podrán eliminar toxinas de la sangre ni mantener un balance de fluidos y electrolitos en el cuerpo. Sin un tratamiento, el paciente morirá cuando estos desbalances provoquen un infarto, generalmente en menos de veinticuatro a cuarenta y ocho horas.

El tratamiento para esta condición involucra eliminar la obstrucción, que por lo general se logra irrigando una solución estéril a través de un tubo estrecho colocado dentro de la uretra. Una vez eliminada la obstrucción, el tratamiento posterior dependerá de la condición del gato. La deshidratación y los desbalances de electrolitos son tratados con terapia de fluidos suministrados por vía intravenosa. Se pueden suministrar antibióticos para evitar o tratar la infección, y en ocasiones se recomiendan medicamentos que ayuden a restaurar las funciones de la vejiga.

En el caso de los gatos que continúen presentando obstrucción uretral, independientemente del tratamiento médico recibido, existe un procedimiento quirúrgico llamado uretrostomía perineal. Ya que los efectos secundarios incluyen sangrado, estrechamiento del sitio de la cirugía, incontinencia urinaria, y una mayor incidencia a infecciones del tracto urinario, esta cirugía es generalmente considerada sólo como un último recurso.

Cistitis Idiopática Felina

La cistitis idiopática felina (CIF), también conocida como cistitis intersticial, es el diagnóstico más común en gatos menores de 10 años de edad que padecen la enfermedad del tracto urinario inferior. La enfermedad no es aún totalmente comprendida y puede involucrar varios sistemas del cuerpo además del sistema urinario. La cistitis idiopática felina es un diagnóstico de exclusión, lo que significa que es un diagnóstico realizado después de haber descartado todas las enfermedades que pudieran haber causado síntomas similares. No existe una prueba específica para diagnosticar la CIF. El estrés y los cambios en la dieta pueden incrementar el riesgo de padecer CIF. Alrededor de 40-50% de los gatos sufrirán de otro episodio de CIF dentro de un año, pero los veterinarios no tienen la capacidad de predecir qué gatos sufrirán dicha recaída.

La enfermedad puede ser crónica y además muy frustrante para el gato, el dueño y el veterinario. Las metas actuales del tratamiento de la CIF en los gatos son la disminución de la gravedad y la frecuencia de los episodios. Existen numerosos tratamientos médicos que tienen diversos grados de éxito, pero a menudo el veterinario comenzará por tratar cualquier problema de comportamiento. Esto puede incluir la alimentación exclusivamente con comida enlatada y la reducción de estrés.

Otras Causas

Ciertas enfermedades, como la diabetes y el hipertiroidismo (hiperactividad de la glándula tiroides) pueden causar la enfermedad del tracto urinario inferior en los gatos.

Aunque son causas mucho menos comunes, la ETUIF también puede ser causada por tumores en el tracto urinario, anormalidades congénitas (defectos de nacimiento) o lesiones en el tracto urinario o en la médula espinal.

¿Qué puedo hacer en casa para evitar que la ETUIF se presente en el futuro?

Dependiendo de la causa de la ETUIF, los síntomas clínicos podrían no presentarse nuevamente o sólo ocasionalmente. Sin embargo, es más común que reaparezca con la CIF. Para ayudar a reducir las posibilidades de reaparación:

• Alimente a su gato con pequeñas comidas de manera frecuente.

• Consulte con su veterinario sobre el mejor régimen alimenticio para su gato. Muchas dietas comerciales pueden funcionar, pero algunas condiciones urinarias responden de mejor manera a dietas especializadas. De preferencia, se puede optar por la comida enlatada.

• Proporcione agua fresca y limpia en todo momento.

• Brinde un número adecuado de cajas de arena (por lo general, una más que el número de gatos en la casa) con el tipo de arena que el(los) gato(s) prefiera(n).

• Mantenga las cajas de arena en lugares tranquilos y seguros de la casa.

• Mantenga las cajas de arena limpias, deberían ser aseadas dos veces al día y cambiarse la arena cada semana (o con mayor frecuencia de ser necesario).

• Minimizar grandes cambios en la rutina.

• Reducir el estrés.

Para mas información:

Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

PSICOLMASCOT


Contacto: psicolmascot@gmail.com 

11 diciembre, 2015

Infección por Amebas en los Perros



Amebiasis canina

La Amebiasis es una infección parasitaria causada por un organismo unicelular conocido como una Ameba. La Amebiasis puede afectar a las personas, así como a los perros y a los gatos. Se encuentra con mayor frecuencia en las zonas tropicales y se puede ver en América del Norte.

Síntomas y Tipos

Hay dos tipos de la ameba parásita que infectan a los perros: la Entamoeba histolytica y la Acanthamoeba.

Entamoeba histolytica:

-Por lo general, una enfermedad asintomática

-Las infecciones severas pueden causar colitis, resultando en diarrea con sangre

-La diseminación hematógena (esta diseminación se realiza a través del torrente sanguíneo) causa daño y el fallo de los sistemas de los órganos más importantes. Los síntomas dependen del sistema de los órganos involucrados pero la muerte es el resultado más habitual.

Acanthamoeba:

-Causa la meningoencefalitis amebiana granulomatosa (inflamación del cerebro), resultando en falta de apetito, fiebre, letargo, secreciones en los ojos y la nariz, dificultad para respirar y signos neurológicos (incoordinación, convulsiones, etc)

Causas:

La Entamoeba histolyticus con mayor frecuencia se propaga a través de la ingestión de las heces infectadas de los humanos. Hay dos especies de Acanthamoeba que son de vida libre: A. Castellanii y A.culbertsoni. Estas especies se pueden encontrar en agua dulce, agua salada, el suelo y las aguas residuales.

-Los perros pueden infectarse al ingerir o inhalar agua contaminada con tierra o aguas residuales.

-La colonización de la piel del perro por Acanthamoeba puede ocurrir y puede ser una causa de infección.

-La colonización de la córnea del ojo por Acanthamoeba puede ocurrir y puede ser una causa de infección.

-La infección puede propagarse a través del torrente sanguíneo (diseminación hematógena).

-La infección de la nariz puede propagarse al cerebro.

Los perros jóvenes y los que están inmunodeprimidos son los más propensos a enfermarse.

EL diagnóstico

Pruebas de sangre (hemograma completo y el perfil químico de la sangre) y los análisis de orina (urinalysis) y se realiza generalmente aun que sean normales a pesar de la evidencia de la deshidratación, si está presente, se puede ver en estas pruebas.

Otras pruebas de laboratorio que su veterinario le puede recomendar son:

-Las biopsias de colon obtenida por colonoscopia (examen del colon con un alcance largo y cilíndrico con una luz.) Las biopsias pueden revelar daños en el revestimiento intestinal y trofozoítos (una etapa en el ciclo de vida del organismo infectante.)

-Un examen fecal en busca de trofozoítos. Los trofozoítos pueden ser difíciles de encontrar en las heces. Los colorantes especiales se utilizan a menudo para aumentar la visibilidad.

-Líquido cefalorraquídeo central (LCR). Las infecciones que afectan la forma de meningoencefalitis de la enfermedad pueden mostrar anormalidades, incluyendo un recuento elevado de glóbulos blancos, niveles anormales de proteína y xantocromía.

-Resonancia magnética del cerebro puede mostrar granulomas en forma meningoencefalitis.

-Biopsias cerebrales.

El Tratamiento


El metronidazol se usa para controlar los síntomas de la colitis y es generalmente exitoso. Sin embargo, las formas sistémicas de la enfermedad (es decir, infecciones que se propagan a través del torrente sanguíneo) suelen ser fatal a pesar del tratamiento, aunque el tratamiento sintomático se puede intentar.


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

PSICOLMASCOT

Contacto: psicolmascot@gmail.com 

10 diciembre, 2015

El Perro con el Bebé, el niño y el adolescente



En la actualidad ya no hay por qué insistir en las razones que pueden justificar la presencia junto a los niños de un animal, en particular el perro. En todo caso, frente a las ventajas que ello representa siempre se podrá alegar el peligro de accidente con sus dramáticas secuelas. Y como la reputación del perro puede quedar entre dicho, resulta imposible tratar las relaciones entre el niño y el perro sin abordar el problema de los accidentes.

Todo Empieza Por La Comunicación

En realidad, entre el niño y el perro todo se reduce a una cuestión de comunicación, pues es en la comunicación lo que permite establecer la relación entre el niño y el perro, y una parte esencial de esa relación está constituida por lazos afectivos. Por otra parte, está claro que el desarrollo del lenguaje en el niño condiciona la existencia de diferentes períodos en esa relación.

La Primera Infancia

Cuando el Bebé llega al hogar, el perro no lo considera como un miembro del grupo. El perro experimenta la presencia del niño fundamentalmente en función del hecho de que las actividades de la familia se centran ahora en el recién llegado. A los padres corresponde integrar rápidamente el Bebé o preparar su integración en el grupo, haciendo participar al perro en los cuidados que se prodigan al Bebé.

La relación Perro-Bebé aparecerá progresivamente en su profundidad efectiva cuando el niño empiece a explorar su entorno y a comunicar sus emociones. Durante dicho período se producen los primeros contactos físicos y entonces es cuando los padres deben velar por que no se produzcan accidentes, siempre graves, sobre todo cuando el Bebé anda a cuatro patas. En efecto, las relaciones que el perro pueda entablar con el Bebé, cuyo comportamiento le sorprende, no tiene nada que ver con las que mantiene con sus dueños adultos. Mientras el Bebé no aprenda a comunicar con el perro y a decodificar sus mensajes, su incapacidad para inhibir sus movimientos pondrá al perro en una situación de miedo y , por lo tanto, en peligro de provocar una reacción incontrolada del tipo “Reacción Crítica”.

Aquí es cuando interviene la buena socialización y la “Participación” precoz del perro en las actividades del grupo relacionadas con el Bebé para prevenir cualquier peligro. Pues para un perro bien equilibrado, el Bebé y después el niño pequeño, son inhibidores de la agresividad, como antes lo fueron los cachorros. Así, que hay perros difíciles con los adultos que soportan sin inmutarse las trastadas de un niño; éste es el resultado normal de una socialización bien llevada y de un contacto bien establecido.

El nuevo Bebé tiene ciertamente gestos torpes y sus manifestaciones vocales suelen ser ruidosas y desconcertantes, pero si el perro se ha familiarizado con él y se han establecido rituales que permiten una comunicación eficaz, pronto se creará una relación afectiva muy intensa. Las mímicas y las posturas del Bebé y después del niño pequeño serán decodificadas por el perro igual que lo serán las series de ruidos tan expresivos que acompañan a ciertas emociones.

Esta comunicación desprovista de toda ambigüedad será más eficaz que la existente entre el perro y los adultos, en la medida en que a éstos les resulta muy difícil expresar sus reacciones afectivas a través de canales no verbales, ya que la educación que han recibido privilegia el verbal al que, precisamente, el perro no tiene acceso.

Evitar Los Accidentes

Está claro que muchas mordeduras se producen cuando el niño tiene entre ocho meses y dos años; en esta edad , el accidente sólo se puede evitar con una actuación preventiva. Los accidentes se producen a menudo cuando el niño, aunque se le tenga apartado, localiza el perro y lo sigue dando pequeños gritos de excitación y de alegría por todos los rincones donde aquel se esconde. La mordedura será tanto más importante cuanto más acosado y miedoso se sienta el perro.

A este período bastante delicado le sigue otro más tranquilo para todos los familiares (tanto los que han querido integrar al Bebé en el universo del perro como los que no lo han hecho) una vez que el niño, y el perro han anudado un lazo gracias al cual el primero está en situación de poder debido a la permisividad con que lo trata el perro. Entonces es cuando los padres deben limitar los excesos a que podría dar lugar la pasividad del perro.

Cuando el Niño se Hace Adolescente

Las dificultades aparecerán de nuevo durante la pubertad cuando el niño abandone su condición de tal y adquiera una autonomía total.

El perro se da cuenta del paso a la adolescencia gracias a las sustancias volátiles (las feromonas sexuales) que el joven emite. Al mismo tiempo, el adolescente intenta convertirse en un individuo socialmente activo para desprenderse de su estatuto de inactivo y sus primeros actos de autoridad serán a costa del perro.

Lo que esto generará conflictos. Pues ya no será posible que no se plantee ningún problema de prerrogativas como cuando el niño era para el perro un ser jerárquicamente aparte. El perro gruñirá y enseñará los dientes como muestra de malestar, y el joven quizá sufra por ello.

Para más información, o una consulta de un problema o ayudarle en el proceso de la introducción de un Bebé en un hogar con un perro, o un perro en un hogar con niños, puede escribirnos al correo; psicolmascot@gmail.com

Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

PSICOLMASCOT

Contacto: psicolmascot@gmail.com