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28 noviembre, 2015

Perros de Rastro y Perros para Correr

Datos Históricos

Este grupo engloba razas antiquísimas y poco alteradas con el paso de los siglos. Los Lebreles por ejemplo, son los primeros perros de caza conocidos en la historia de la humanidad.

La historia de todos los Hounds (Deerhound, Bloodhound, Greyhound, etcc..) está ligada a la historia de los celtas. Los perros que utilizaban los antiguos celtas para cazar se extendieron por Europa acompañándolos a sus nuevos asentamientos. Los posteriores colonizadores, no obstante, causaron la extinción de la cultura céltica en algunas regiones y la incorporaron a la propia en muchas otras.

En el primer caso, con los celtas desaparecieron los antecesores de los modernos Hounds; en el segundo, también los perros celtas se mestizaron con los perros que trajeron consigo los nuevos pobladores. En algunas regiones, sin embargo, la cultura céltica pervivió (Irlanda, Bretaña, Gran Bretaña, Galicia y Asturias), y allí las viejas razas célticas también pervivieron, dando lugar a todos Hounds que conocemos ahora.

Un antepasado común de muchos Hounds actuales fue el Saint Hubert Hound, el perro que criaron los monjes belgas en el siglo VI en honor de San Huberto, su patrono, que se convirtió al cristianismo después de haber visto un venado con una cruz en mitad de la cuerna. El Bloodhound (sabueso) actual, concretamente, es descendiente directo del que criaron los monjes.

Con el paso de los siglos, casi todas las naciones europeas criaron sus propios perros rastreadores y de carrera, auque fue en Francia donde surgieron más razas. Además, muchas de las razas producidas en otras regiones (como Devon Staghound y el Welsh Hound, por ejemplo) se extinguieron, mientras que la popularidad de muchas razas francesas ha perdurado hasta nuestros días.

En Francia, la caza era uno de los entrenamientos favoritos de los nobles, y por ello los perros de caza se criaban con el mayor cuidado. En el siglo XII, Luis IX planificaba las guerras para el verano y el otoño con el fin de reservarse el invierno y la primavera para cazar. Muchas razas se extinguieron con la aristocracia tras la Revolución Francesa. Otras, como el Baset Griffon Vandéen, aunque estuvieron a punto de extinguirse, han sido recuperadas en épocas recientes y actualmente están ganando popularidad.

Los Perros Rastreadores y o de Carrera

Aunque tanto unos como otros son perros de caza utilizados para localizar a las presas, en la forma en que lo hacen, más exactamente, es el órgano sensorial del que se valen para hacerlo, nos obliga a dividirlos en dos grandes grupos: los perros rastreadores, que se valen de su olfato, sumamente desarrollado, para seguir el rastro de la caza, y los perros de carrera que utilizan la vista principalmente.

Estos perros suelen complementar su gran vista con una excepcional velocidad, necesaria para alcanzar y abatir a las presas. Los rastreadores, en cambio, no son necesariamente rápidos, ya que su estrategia principal es el acoso en vez de la persecución.

Los Rastreadores

A diferencia de los perros de muestra y cobradores, estos perros, una vez localizada su presa, la abaten y esperan que el cazador acuda a recogerla. Criados originalmente para abatir a los lobos y jabalíes, son fuertes y corpulentos, además de resistentes. En épocas posteriores, la necesidad de cazar zorros y venados favoreció la aparición de razas menos voluminosas, capaces de alcanzar velocidades mayores, a veces obtenidas cruzando los rastreadores con perros de carrera.


Los Basset fueron expresamente criados por sus patas cortas para cazar en cubierto, es decir, en la espesura: los cazadores, que debían ir a pie, podían seguir a los perros más cómodamente. Además, éstos caminaban sin despegar la trufa del suelo, lo que les permitía seguir el rastro olfativo con mayor precisión.

Los Perros de Carrera

Entre estos cazadores que no localizan a las presas valiéndose del olfato, sino de la vista, se encuentran en todos los Galgos y Lebreles, cuyo inconfundible perfil de atletas se aprecia ya con toda claridad en las cerámicas persa y asiria del año 6000 a.C., lo que parece indicar que el origen de estas razas es muy anterior al de los rastreadores con los que están emparentadas.


Estas razas proceden de regiones no boscosas del hemisferio sur, donde la escasez de árboles permitía localizar las presas a simple vista, siempre que ésta fuese aguda. El olfato no era tan necesario, ya que ni las gacelas gacelas ni los antílopes podían ocultarse tras la maleza. Fue la necesidad de cazar estas presas tan veloces la que los convirtió en perros de carrera.


A diferencia de los rastreadores, que podríamos considerar corredores de fondo por su resistencia, ya que abaten a las presas acosándolas hasta agotarlas, los perros de carrera son más bien corredores de sprint, como demuestran sus largas extremidades, sus nervudas ijadas y su perfil aerodinámico, así como el profundo pecho, que les confiere una notable capacidad pulmonar.


Al popularizarse el antiguo deporte de las carreras de perros, los Galgos ganaron popularidad, al considerarse los más veloces, auque en realidad los Irish Wolfhound, los Deerhound y los Lebreles Afganos no se quedan atrás persiguiendo una liebre mecánica.


La Vida en el Hogar

Los rastreadores, criados para cazar en jauría, tienden a llevarse bien con los demás perros, siempre y cuando la jerarquía social entre ellos quede clara. Cuando un perro rastreador encuentra un rastro olfativo en el parque, su instinto lo lleva a seguirlo con obcecación, volviéndose sordo ante su amo, por lo que es fundamental adiestrarlos desde muy jóvenes para acudir cuando se les llame. Estos perros ladran bastante, ya que solían valerse de la voz para indicar a los cazadores que ya podían acudir a recoger las piezas.


Los perros de carrera suelen ser más silenciosos. Como solían cazar en solitario en vez de en jauría, tienen espíritu independiente. Como los rastreadores, se vuelven sordos en cuanto creen haber localizado una presa, por lo que también es preciso adiestrarlos para acudir cuando se les llame desde muy jóvenes.

Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

www.psicolmascot.com

Contacto: psicolmascot@gmail.com 

27 noviembre, 2015

La influenza canina

¿Qué es la influenza canina?

La influenza del perro es una enfermedad respiratoria canina contagiosa provocada por un virus de influenza tipo A denominado "virus de la influenza canina". Es una enfermedad de los perros, no de los seres humanos.

¿Qué es el virus de la influenza canina?

El "virus de la influenza canina" es un virus de influenza A H3N8 (no un virus de influenza humana) que originalmente fue un virus de influenza equina (de los caballos). Este virus se diseminó a los perros y ahora puede contagiarse entre perros.

¿Por cuánto tiempo estuvo circulando la influenza canina?

Se ha sabido de la existencia del virus de la influenza equina H3N8 por más de 40 años. Sin embargo, en 2004 se informaron casos de una enfermedad respiratoria desconocida en perros (inicialmente en galgos). Una investigación demostró que esta enfermedad respiratoria era causada por el virus de la influenza equina A H3N8. Los científicos creen que este virus pasó de una especie a otra (de caballos a perros) y ahora se adaptó para provocar enfermedades en perros y diseminarse eficientemente entre perros. En la actualidad se lo considera un nuevo linaje del H3N8 específico de perros. En septiembre de 2005, este virus fue identificado por expertos como "un nuevo patógeno emergente en la población canina" en los Estados Unidos.



¿Cuáles son los síntomas de esta infección en perros?

Los síntomas de esta enfermedad en perros son tos, abundante secreción nasal y fiebre; no obstante, una pequeña porción de la población canina puede desarrollar síntomas graves.

¿Qué tan grave es esta infección en perros?

La cantidad de perros infectados con esta enfermedad que muere es muy pequeña. Algunos perros tienen infecciones asintomáticas (sin síntomas), mientras que otros tienen infecciones graves. La enfermedad grave se caracteriza por la aparición de síntomas de neumonía. A pesar de que es una causa de enfermedad relativamente nueva en los perros y que todos los perros son susceptibles a la infección, cerca del 80 por ciento de los perros tendrá una forma leve de la enfermedad.

¿Cómo se disemina la influenza canina?

El virus de la influenza canina se puede diseminar a través del contacto directo con secreciones respiratorias evaporadas de perros infectados, por el contacto con objetos contaminados, y por personas que andan entre perros infectados y perros sanos. Por lo tanto, los propietarios de perros que tosen o presentan otros síntomas de enfermedades respiratorias no deben participar en actividades o traer sus perros a instalaciones donde otros perros puedan estar expuestos al virus. Se debe lavar y desinfectar la ropa, equipos, superficies y manos después de la exposición a perros que presentan síntomas de enfermedades respiratorias.


¿Hay alguna prueba para la influenza canina?

Las pruebas para confirmar la infección del virus de influenza canina está disponible en centros de diagnóstico veterinario. Las pruebas se pueden realizar usando secreciones respiratorias recolectadas en el momento de la aparición de la enfermedad o a través de dos muestras de sangre, la primera recolectada mientras el animal está enfermo y la segunda 2 a 3 semanas después.

¿Cómo se trata la influenza canina?

El tratamiento, en rasgos generales, consiste en un servicio de apoyo. Esto ayuda a que el perro desarrolle una respuesta inmunológica. En la forma más leve de la enfermedad, este servicio puede incluir medicación para que su perro se sienta más cómodo y líquidos para asegurar que su perro se mantenga bien hidratado. Su veterinario puede recetar un antibiótico de amplio espectro si se sospecha de alguna infección bacteriana secundaria.

¿Hay alguna vacuna contra la influenza canina?

Sí, hay disponible una vacuna aprobada.

¿Cuál es el riesgo que representa este virus para los seres humanos?

Hasta la fecha, no hay evidencia del contagio del virus de la influenza canina de perros a personas y no se ha informado un solo caso de infección humana con el virus de la influenza canina. A pesar de que este virus infecta a perros y se disemina entre perros, no hay evidencia de que este virus infecte a seres humanos.

Sin embargo, las infecciones humanas con nuevos virus de influenza (contra los cuales la población humana tiene poca inmunidad) serían preocupantes si se presentaran. Los virus de influenza cambian constantemente y es posible que un virus cambie de manera tal que pueda infectar y diseminarse fácilmente entre seres humanos. Tal virus podría representar una amenaza de influenza pandémica. Por este motivo, los CDC y sus asociados están monitoreando muy de cerca los virus de influenza H3N8 (así como otros virus de influenza animal) además de los casos de posible exposición a estos virus. Pero, en general, se considera que los virus de influenza canina representan una amenaza baja para los humanos. Como se mencionó anteriormente, si bien estos virus están bien establecidos en las poblaciones equina y canina, no hay evidencia de infección entre seres humanos a causa de este virus.

Mi perro tiene tos, ¿qué debo hacer?

Programe una cita con su veterinario para que pueda evaluar a su perro y recomendarle un programa de tratamiento adecuado. Si usted está en la provincia de Alicante, puede ponerse en contacto con nosotros en nuestro centro veterinario.


Centro Veterinario Leuka (vetleuka@yahoo.es)

Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

www.psicolmascot.com


Contacto: psicolmascot@gmail.com 

26 noviembre, 2015

El Cancer en Perros y Gatos

¿Qué son la neoplasia, los tumores y el cáncer?

La neoplasia es el crecimiento anormal e incontrolado de células o tejido en el cuerpo, y el crecimiento anormal en sí es conocido como neoplasma o tumor. Puede ser benigno o maligno. Los neoplasmas benignos no crecen de manera agresiva, no invaden los tejidos corporales que los rodean ni se diseminan por todo el cuerpo. Por otro lado, los neoplasmas malignos, tienden a crecer rápidamente, invaden los tejidos que los rodean y se diseminan a otras partes del cuerpo (metástasis).

A menudo, las palabras “tumor” o “masa” son utilizadas para describir la hinchazón existente u otro tipo de apariencia física de un neoplasma. Con frecuencia, la palabra “cáncer” se confunde con neoplasia, pero solamente los neoplasmas malignos son verdaderamente cáncer.

¿Qué tan frecuentes son las neoplasias y el cáncer?

La neoplasia es común en mascotas y la incidencia incrementa con la edad. Casi la mitad de las muertes de las mascotas mayores de 10 años se deben al cáncer. En los perros, el cáncer se presenta casi con la misma incidencia que en los seres humanos, mientras que en los gatos la incidencia de cáncer es menor.

¿Cómo se diagnostica?

A menudo, se sospecha la presencia de neoplasia en base al historial médico y al examen físico de la mascota. Otros exámenes adicionales, como radiografías (rayos-x), pruebas de sangre y ultrasonidos pueden ser necesarios para confirmar la neoplasia. Por lo general, se necesita llevar a cabo una biopsia, la cual consiste en tomar una muestra de tejido del neoplasma para ser examinado bajo un microscopio. Esto ayudará a confirmar el diagnóstico y a determinar si el neoplasma es benigno o maligno. También pueden ser necesarias biopsias adicionales de otros tejidos, como de los ganglios linfáticos, para determinar la magnitud de la diseminación del neoplasma maligno (cáncer).

¿Se puede prevenir la neoplasia?

Desafortunadamente, la causa de la mayoría de las muertes por neoplasia aún se desconoce y, por lo tanto, la prevención es difícil. Una detección y un tratamiento tempranos son la mejor forma de manejar la neoplasia en mascotas.

Tipos comunes de neoplasia en mascotas

Piel – La neoplasia de piel es muy común en perros viejos, pero es mucho menos común en gatos. La mayoría de los neoplasmas de piel en gatos son malignos, pero en perros por lo general son benignos. Su veterinario debería examinar todos los neoplasmas de piel en un perro o en un gato para determinar si son malignos.

Glándula Mamaria (Mama) – El 50% de todos los neoplasmas mamarios en perros y más del 85% de todos los neoplasmas mamarios en gatos son malignos. La esterilización de su mascota hembra antes de los 12 meses de edad reducirá de manera importante el riesgo de neoplasia de glándula mamaria.


Cabeza y Cuello – La neoplasia de la boca es común en perros, pero menos frecuente en gatos. Los signos a observar son: una masa o tumor en las encías, hemorragia, olor o dificultad para comer. Debido a que muchas hinchazones son malignas, es esencial iniciar un tratamiento temprano y agresivo. La neoplasia también se puede desarrollar en el interior de la nariz de perros y gatos. Hemorragia nasal, dificultad para respirar o hinchazón facial son signos que pueden indicar la presencia de neoplasia y deberían ser revisados por su veterinario.

Linfoma – El linfoma es una forma común de neoplasia en perros y gatos. Se caracteriza por el crecimiento de uno o varios ganglios linfáticos en el cuerpo. En algunos gatos, un contagioso virus de leucemia felina puede ser la causa del linfoma.

Testículos – La neoplasia testicular es poco frecuente en gatos y común en perros, especialmente en aquellos con testículos retenidos (cuando éstos no descendieron a su posición normal durante el crecimiento, y que pueden estar localizados en el abdomen o entre el abdomen y el escroto).

Neoplasia Abdominal – Los neoplasmas en el interior del abdomen son comunes pero es difícil realizar un diagnóstico temprano. La pérdida de peso o la hinchazón abdominal pueden ser signos de neoplasia abdominal.

Hueso – Los neoplasmas de hueso son los que se ven con más frecuencia en los perros de raza grande y en perros mayores de siete años, y es poco frecuente en gatos. Los huesos de las patas, cerca de las articulaciones, son los sitios más comunes. Un dolor persistente, cojera e hinchazón en el área afectada son los síntomas comunes de la enfermedad.

Muchos de los síntomas anteriormente mencionados también son vistos en condiciones no neoplásmicas, pero aun así, éstos requieren la atención inmediata de un veterinario para determinar la causa. La neoplasia es frecuentemente tratable y un diagnóstico temprano ayudará a su veterinario a proporcionar la mejor atención posible.

¿Cómo se trata el cáncer?

Cada tipo de neoplasia requiere una atención individualizada y puede incluir una terapia de tratamiento o una combinación de las mismas como cirugía, quimioterapia, radiación, criocirugía (congelamiento), hipertermia (calentamiento) o inmunoterapia. La salud general de su mascota también es muy importante, y su veterinario puede recomendar cambios en su dieta u otras alternativas para ayudar a que su mascota responda mejor al tratamiento. Una vez que usted tenga un diagnóstico, su veterinario discutirá sobre la mejor opción (u opciones) de tratamiento para su mascota y los riesgos y efectos secundarios asociados con cada opción. El manejo del dolor también es una parte importante del tratamiento. En algunos casos, su veterinario lo puede referir a un oncólogo certificado (especialista en cáncer) y/o a una clínica especializada, dependiendo del curso recomendado del
tratamiento.

Algunos tipos de neoplasia pueden ser curados, pero otros solamente pueden ser tratados para disminuir su propagación y prolongar el alivio y la vida de su mascota el mayor tiempo posible. A menudo, los factores más importantes para determinar el éxito del tratamiento son la detección temprana del neoplasma y el tipo de éste. En algunos casos, la eutanasia es considerada cuando una mascota tiene neoplasia (especialmente en algunos tipos de cáncer). Antes de tomar una decisión, ya sea para el tratamiento o para la eutanasia, discuta las opciones con su veterinario con el fin de poder hacer la mejor elección para su mascota y su familia.

¿Cuál es el índice de éxito?

Esto depende en gran medida del tipo y la magnitud de la neoplasia, así como de la agresividad de la terapia. Normalmente, los neoplasmas benignos son fáciles de tratar, y existen grandes posibilidades de que el tratamiento de cualquier tipo de neoplasia tenga éxito si éste fue detectado de manera temprana. Aunque algunos neoplasmas (especialmente los tipos de cáncer más agresivos) no pueden ser curados, el tratamiento puede prolongar la vida de su mascota y mejorar su calidad de vida.

¿Qué nos traerá el futuro?

A través de las investigaciones y la experiencia, estamos aprendiendo cada vez más sobre la neoplasia. Hoy en día, los animales tienen más posibilidades que antes de ser tratados de manera exitosa contra la neoplasia y el cáncer, y mientras más aprendamos sobre estos problemas, más posibilidades habrá de que mejoremos y salvemos las vidas de las mascotas. Los nuevos métodos de diagnóstico pueden ayudar a detectar la neoplasia de manera temprana e incrementar las posibilidades de su mascota, y se están desarrollando nuevos métodos de tratamiento para tener mayores posibilidades de éxito con menores riesgos de efectos secundarios.

10 signos comunes de neoplasia en animales pequeños.

1. Hinchazones anormales que persisten o siguen creciendo
2. Úlceras que no sanan
3. Pérdida de peso
4. Pérdida de apetito
5. Hemorragia o secreción por cualquier abertura corporal
6. Olor fétido
7. Dificultad para comer o tragar
8. Titubeos al hacer ejercicio o pérdida de vitalidad
9. Rigidez o cojera persistentes
10. Dificultad para respirar, orinar o defecar


Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

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Contacto: psicolmascot@gmail.com