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07 diciembre, 2015

El Perro y la Toma de Contacto con una nueva Familia


Con La Familia

La llegada del nuevo perro crea un clima de expectación y alegría en la casa, pero el nuevo cachorro o perro adulto se sentirá un poco inseguro cuando llegue y ese exceso de entusiasmo puede resultarle abrumador. Intente que las presentaciones no sean exageradamente efusivas, sino más bien tranquilas y sosegadas. Saque al perro inmediatamente al jardín, la terraza, o a la calle para que pueda hacer sus necesidades y después vaya mostrándole las distintas habitaciones una por una, vigilándole con atención, pero a distancia, mientras explora. Deje bien claro si hay niños, que no se les permite coger al perro en brazos, ni atosigarle, ni hacer que se sienta acorralado.

El Perro Y Los Niños

Asumir la responsabilidad de cuidar a un perro, es sumamente beneficioso para un niño, pero si éste tiene menos de siete u ocho años tal vez sea aún demasiado joven para cumplir con sus compromisos. Una vez que el cachorro deja de ser novedad, los niños suelen desentenderse de todo y les toca al papá o a la mamá cargar con el nuevo miembro de la familia.

Que los niños participen en las comidas. Pueden servir el alimento o echar de vez en cuando en el comedero algún bocadito delicioso, evitando que en el futuro el perro defienda su comida de forma agresiva y posesiva.

A veces los niños resultan excelentes adiestradores caninos. Trate de que un adiestrador profesional, le imparta unas clases a su hijo sobre la educación del cachorro, comportamiento y cuidados.

Ayude a sus hijos a relacionarse con el perro de modo que quede claro que ellos poseen autoridad en cuanto que son seres humanos. Si enseña a los niños a esconder objetos para que el perro los busque, o a enseñar nuevas tratas en el juego al perro, o a cepillarlo, todos se beneficiarán.

Presentarle a otro Perro

Si tiene usted otro perro en casa, lo mejor es que ambos se conozcan en terreno neutral. Lo ideal sería que el perro adulto le acompañase a casa del criador o refugio, cuando fuese a recoger el cachorro. Después de hacer juntos el viaje a casa, ambos perro deberían permanecer juntos en el jardín, terraza, o al aire libre, en un lugar seguro y controlado, durante media hora, antes de entrar en casa con el cachorro, invitando al perro adulto a acompañarlos.

No deje a mano ningún objeto que su perro sienta que necesita proteger del intruso, como sus juguetes o hueso. Si teme que el perro viejo se muestre agresivo con el nuevo, no suelte a ninguno de la correa o deje al cachorro en el transportín o parque de cachorros, mientras ambos se comunican, cosa que debería repetirse varias veces hasta que el perro adulto se haya acostumbrado a su presencia.

Durante los próximos meses deberá dejar claro al nuevo perro que el mayor y más antiguo de la casa, es el que manda, saludándolo siempre en primer lugar, dándole el plato de comida primero, y dándole en general, la prioridad a la hora de recibir mimos y atenciones. Aunque no le será fácil poder ignorar a ese precioso cachorro, pero no quedará más remedio, ya que de lo contrario podrían surgir entre ambos problemas de rivalidad.

El Perro Y El Gato

Si se les presenta como es debido, un perro y un gato pueden convertirse en amigos entrañables. Los problemas suelen surgir cuando se permite que el perro pueda ir a correr detrás del gato, ya que éste desconfiará a partir de ese mismo momento, y será muy difícil que el primero se olvide de lo divertido que es perseguir a un gato. Si tiene una caseta de interior, transportín o jaula, coloque dentro al perrito y cierre. Deje entonces entrar al gato en la habitación, pero asegúrese de que tiene una repisa o mesa hacia donde pueda saltar el gato si se asusta.

Para sentirse seguro, un gato tiene que saber que existe una vía de escape o un lugar elevado y seguro donde refugiarse. Normalmente, el gato mirará con recelo al perro, pero no tardará en bajar al suelo y acercarse. La próxima vez que se comuniquen, mantenga a su perro sujeto con la correa y dale una golosina para distraerlo.

Estas comunicaciones y acercamientos controlados, deben repetirse hasta que ambos animales se acepten mutuamente. Asegúrese de que la comida y el agua del gato están fuera del alcance del perro, y de que éste no puede abordar por sorpresa al gato en sus momentos más vulnerables, por ejemplo; mientras esta utilizando su cajón de arena.

Aunque a veces puede haber problemas cuando el perro tiene fuertes instintos de persecución, por ejemplo los Galgos, la verdad es que los gatos son excelentes tutores para el perro. De hecho, casi siempre que un perro y un gato conviven en el mismo hogar, es el gato el que manda.

El Perro Y Las Otras Mascotas


Los perros pueden aprender a ver como un miembro más de la familia a cualquier mascota si la conocen cuando aún son cachorros. Para que un perro considere miembro de su familia a una cobaya o a un conejo, es preciso que lo haya conocido antes de cumplir las doce semanas de edad.

Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

www.psicolmascot.com

Contacto: psicolmascot@gmail.com 

06 diciembre, 2015

Adiestramiento Canino, La educación del Cachorro

Por fortuna, se ha avanzado mucho en los últimos 20 años. Si antiguamente se esperaba a que cumpliera seis meses de edad para empezar a educarlos pensando que antes no estaban preparados para afrontar algo tan duro como el adiestramiento, hoy, gracias a los nuevos métodos de adiestramiento y a la mejor comprensión de la psicología canina, es posible indicar la educación de un cachorro desde el día que sigue al de su llegada.

La mayoría de los propietarios creen que el adiestrarlos consiste en enseñarles a sentarse o echarse, pero en realidad un perro puede realizar estas acciones por sí mismo y no necesita que le enseñemos a hacerlo. El adiestramiento consiste en enseñar al perro un idioma extranjero (nuestro idioma) para que pueda entender qué le pedimos que haga y cuándo queremos que lo haga y en consecuencia obedecer.

Educar a un cachorro consiste también en dejarle claro qué cosas le está permitido y cuáles no. Desde muy pronto, los cachorros poseen dientecillos punzantes como alfileres que cumplen antes de las 18 o 20 semanas, un papel muy importante en la educación. En efecto, jugar a morder es no sólo normal en los cachorros, sino también educativo. Los perros, igual que los niños pequeños, exploran el mundo que los rodea introduciendo objetos en su boca. Cualquier objeto que no reaccione cuando le clavan sus afilados dientecillos, debe ser inanimado; y cualquier objeto que dé muestras de dolor será, por fuerza, una persona o animal vivo.

Jugar a Morder

Jugar a morder enseña a los cachorros a moderar la intensidad de su mordedura cuando están jugando con seres vivos. Si ve cachorros muy jóvenes jugando,notará enseguida que ninguno se enfada al ser mordido.. salvo si el que muerde se ha excedido apretando. Si esto ocurre, el mordido chilla de dolor y se niega a continuar jugando durante unos segundos. Y esto mismo debemos hacer nosotros si nuestro cachorro nos muerde demasiado fuerte, para que sepa que nos ha hecho daño y no estamos dispuesto a jugar a sí.

Cuando nuestro cachorro nos haga daño con los dientes no debemos mostrarnos enfadados, sino sólo doloridos (la ira por nuestra parte sería interpretada por ellos como una incomprensible agresión.) Si su cachorro le clava los dientecillos, grite fuerte, déle la espalda y finja que el dolor no le permite seguir jugando. Esta actitud impactará un poco al perro la primera vez, pero no espere resultados inmediatos. Poco a poco, en los próximos días, los mordiscos irán perdiendo intensidad hasta que usted tenga que fingirse dolorido incluso la más leve presión.

Por último, empiece a expresar dolor con el solo roce de los dientes, y el cachorro dejará pronto de morderle. El perro debe aprender que a un humano no se le puede morder nunca, ni siquiera jugando.
Cuando Muerden Para Llamar La Atención

Algunos cachorros muerden precisamente para provocarnos. Esta conducta suele estar asociada al deseo de llamar la atención y producirse en hogares donde hay niños pequeños que chillan y agitan los brazos histéricos cuando el perro le agarra la ropa. Esto hace, por supuesto, que la mamá venga corriendo a ver que es lo que está pasando y se provoque un gran revuelo alrededor.

El cachorro probablemente se siente muy satisfecho, recuerde que es mejor una regañina a que le ignoren a uno por completo. En estos casos conviene distraer al perro con juguetes y evitar la sobre excitación del niño y del perro. También funciona encerrar al cachorro en su jaulita o en una habitación adaptada y acondicionada al perro, durante un rato de vez en cuando, para que tanto el cachorro como el niño se calmen.

Llevar al Cachorro a Clases de Educación

Una de las formas más rápidas de lograr que un cachorro de menos de 18 semanas aprenda a controlar sus mordiscos es haciéndoles jugar con sus congéneres. Si lo lleva a una clase de socialización bien dirigida puede acelerar el proceso al tiempo que recibe ayuda en los demás aspectos del adiestramiento básico.

Encontrar una buena clase de socialización para el cachorro puede ser tan difícil como encontrar un buen colegio para su hijo. Más vale no precipitarse en la elección. Lo más importante es no perder la calma ni la paciencia mientras educa al cachorro; el perro aprenderá pronto si las circunstancias, y el método utilizado son correctos, y tanto el cachorro como usted se beneficiarán.

Lo mejor es ponerse en contacto con un buen psicólogo canino con una experiencia de más de 20 años , puede escribir y solicitar asesoramiento escribiendo a: doctorleuka@gmail.com

Como saber si la Clase de Socialización es Buena
-Si lo es, todos los asistentes, humanos o perros, parecerán relajados y felices. Estar disfrutando de la clase.

-En ninguna clase buena se utiliza el castigo, pegar, dar golpecitos con la mano, pataditas o el collar eléctrico, para adiestrar. Lo único que habría es un trauma para el perro y el humano.

-Las clases deben ser poco ruidosas. Gritar es innecesario. Si los perros ladran mucho puede ser síntoma de estar estresados.

-Los métodos utilizados deben ser válidos para su perro y para usted. La comida y los juguetes motivan poderosamente a los cachorros. Para mucho perros no es suficiente una felicitación, una acaricia.

-Deben combinarse de forma armoniosa el adiestramiento (que no sea duro) y el juego controlado entre los perros.

-Si se permite a los cachorros jugar sueltos de la correa, ninguno debe tener menos de 18 semanas cuando comience el curso.

Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

www.psicolmascot.com

Contacto: psicolmascot@gmail.com 

05 diciembre, 2015

La Socialización del Perro

Llamamos socialización al proceso por el cual los animales sociales aprenden a enfrentarse y relacionarse con el mundo exterior. Los perros necesitan tratar con otros perros y personas para aprender a vivir en el mundo que les rodea. Un cachorro correctamente socializado suele convertirse en un adulto bien adaptado socialmente. Un perro joven necesita aprender cómo es el mundo que le rodea, cómo los hombres, mujeres, niños, ancianos y los otros perros, para no tenerles miedo al día de mañana y reaccionar de la forma adecuada en sus relaciones sociales.

Lo Que se Puede Esperar de Cada Edad

La Primera Infancia: El Período Neonatal; las dos primeras semanas de vida.

El perro recién nacido parece una diminuta hoja en blanco en la que todo está por escribir. Sin embargo, aunque parezca ignorar por completo cómo debe comportarse fuera del útero materno, no debemos dejarnos engañar: depende por completo de la madre para alimentarse, mantener su temperatura corporal y estar físicamente protegido, pero en realidad no está tan desvalido como parece.

Qué hacer: Aunque aún no pueden vernos ni oírnos, debemos cogerlos y tocarlos. Viven en un mundo de olores y sensaciones táctiles, y están perfectamente preparados para empezar a acostumbrarse a nuestro olor y nuestras caricias.

El Periodo de Transición: Entre las dos y cuatro semanas de vida.

En esta época el cachorro evoluciona con extraordinaria rapidez. Sus oídos se abren y empiezan a reaccionar frente a los ruidos fuertes dando muestras de sobresalto. También abre los ojos, y pronto empieza a reaccionar ante la luz y los objetos en movimiento.

Qué hacer: Prepararlo para la fase de socialización, procurando que su entorno sea cada vez más variado y complejo con el fin de que aprenda a enfrentarse al mayor número posible de cambios en el entorno doméstico.

La Socialización: Entre las Cuatro y Doce Semanas de Vida.

Los cachorros entran en el período de socialización a partir de la cuarta semana aproximadamente, y las ocho semanas que siguen son las más críticas de su vida; también las más importantes desde el punto de vista educativo. De hecho, se ha demostrado que los cachorros que no han tenido contacto con los humanos entre las cuatro y las doce semanas de edad evitan el contacto con ellos, tienen miedo de la gente y puede ser imposible adiestrarlos más adelante sin ayuda profesional. Hacia el final de este período, sus patrones de pensamiento y su capacidad de concentración son ya similares a los de un perro adulto.

A la mayoría de los cachorros se les deja con la madre hasta que cumplen las siete u ocho semanas de vida. En este tiempo se produce el destete, y los cachorros deben enfrentarse a la severidad de su madre cuando les niega las mamas y la frustración de no poder mamar. También aprenden ahora, jugando con sus hermanos, a tratar con sus semejantes, a moderar la fuerza de sus mordiscos y asumir un estatus social, que calibran compitiendo con sus compañeros de camada por los recursos.

A esta edad tan temprana ya es posible observar las primeras manifestaciones de sus instintos sexuales y de caza. Con cuatro o cinco semanas, los cachorros de ambos sexos pueden ya montarse mutuamente durante el juego, así como saltar sobre un juguete y zarandearlo como si estuviesen dando muerte a una presa.


Qué hacer: Como los cachorros suelen dejarse con la madre hasta bien entrado el período de socialización, corresponde al humano acostumbrarlos a los diferentes ruidos, olores, texturas, imágenes y voces que se producen en el entorno doméstico. Por lo tanto, cuando usted recoja al cachorrito éste deberá haber sido expuesto ya a gran cantidad y variedad de estímulos.

Antes de separarse de su madre, un perrito debería haber conocido personas muy diversas entre sí, y lo ideal sería que también se hubiese familiarizado con el mayor número posible de elementos de la vida cotidiana posible. Cualquier cachorro que aún no esté debidamente socializado necesita ayuda urgente de un profesional, un Etólogo canino.

La Educación Continua

La socialización debe prolongarse al menos hasta las doce semanas de edad, de modo que, si ha recogido a su cachorro antes de este momento, será su responsabilidad continuar su proceso de educación en esta época tan delicada de su desarrollo. Incluso a los cachorros que no fueron debidamente socializados en su momento les vendrá bien ahora que se les vaya mostrando poco a poco y con delicadeza el mundo exterior con el fin de lograr que se acostumbren a las personas, objetos y sucesos habituales en el hogar y fuera de él.

Hay que ocuparse de proporcionar a los cachorros la mayor cantidad y variedad de experiencias posibles antes de las doce semanas, a pesar de que lo más habitual es que no hayan completado aún su primer ciclo de vacunaciones y, por lo tanto, no pueden todavía relacionarse libremente con los demás perros. Una posible solución de compromiso es sacarlos a la calle o al parque en brazos; otra sería llevarlos a casa de los amigos o hacer que éstos vengan a nuestra casa a visitarlos.

También es bueno hacerles tratar con otros perros, siempre que nos conste que éstos son adultos, son sociables y están perfectamente vacunados contra todo. Esfuércese en proporcionarle todo tipo de experiencias antes de que cumpla doce semanas de vida, todas las que pueda tener en el hogar cuando aún no pueda salir a la calle, y el resto, en cuanto esté preparado para empezar a salir.

Si necesita ayuda de un profesional y estar bien asesorado, en la selección de un cachorro nuevo o con la socialización de su perro, puede ponerse en contacto con nosotros en el correo: psicolmascot@gmail.com

Por: Erik Farina (Etólogo Canino)

PSICOLMASCOT

Contacto: psicolmascot@gmail.com